Con una sonora carcajada corté sus explicaciones . No pude evitarlo . Me excusé y , negando con la cabeza , le hice ver que desconocía el asunto y que , precisamente , no era un tesoro lo que perseguía . Al menos , un tesoro de aquella naturaleza ..
- ¿ Entonces ... ?
Suspiré con desaliento . Le lancé una breve e inquisidora mirada y , tras unos segundos de reflexión , me dejé llevar . ¿ Qué podía perder ?
- Tiene razón , Solimán . Busco algo ...
Atento , asintió con la cabeza .
- Busco algo que no he sabido descubrir . Algo que ha pertenecido o pertenece a Hazor ... Algo que tiene alas ...
El Hombre enmudeció . Por un momento creí que me tomaba por un loco .
- ¿ Alas , dice usted ?
Sin esperar respuesta , se enfrasco en nuevas meditaciones . El corazón me dio un vuelco . ¿ Por que guardaba silencio ? ¿ Es que había algo ? Era increíble . En décimas de segundo , un chispazo de esperanza volvía a ponerme en tensión , arrinconando mi aún caliente fracaso .
Aguardé nervioso . Pero el áraba no pestañeó . Eché mano a la cartera y , antes de que abriera la boca , le mostré un billete de cien dólares .
- Si me ayuda a encontrarlo , le anuncié con vehemencia -, si me dice dónde hallar un ídolo , una pintura , una piedra ..., no sé ,....algo que presente unas alas , esto será para usted .
Giró la cabeza lentamente . Examinó el dinero con avidez y , saltando del coche , tartamudeó :
- ¡ No se mueva ! ... ¡ Espere aquí !
Atónito , le vi correr y desaparecer en dirección al puesto de control . Abandoné el automóvil y poco faltó para que saliera tras él . ¿ Le había ofendido ? ¿ Por qué aquella violenta reacción ? Me heché a temblar . La espera se prolongaría durante una irritante e interminable hora . En ese tiempo tuve oportunidad de fraguar toda una serie de hipótesis
Lo más curioso , sin embargo , es que mi aparente firme propósito de abandonar la empresa se hubiera disipado en un abrir y cerrar de ojos . Nunca he conseguido comprender mis locas contradicciones .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- ¿ Entonces ... ?
Suspiré con desaliento . Le lancé una breve e inquisidora mirada y , tras unos segundos de reflexión , me dejé llevar . ¿ Qué podía perder ?
- Tiene razón , Solimán . Busco algo ...
Atento , asintió con la cabeza .
- Busco algo que no he sabido descubrir . Algo que ha pertenecido o pertenece a Hazor ... Algo que tiene alas ...
El Hombre enmudeció . Por un momento creí que me tomaba por un loco .
- ¿ Alas , dice usted ?
Sin esperar respuesta , se enfrasco en nuevas meditaciones . El corazón me dio un vuelco . ¿ Por que guardaba silencio ? ¿ Es que había algo ? Era increíble . En décimas de segundo , un chispazo de esperanza volvía a ponerme en tensión , arrinconando mi aún caliente fracaso .
Aguardé nervioso . Pero el áraba no pestañeó . Eché mano a la cartera y , antes de que abriera la boca , le mostré un billete de cien dólares .
- Si me ayuda a encontrarlo , le anuncié con vehemencia -, si me dice dónde hallar un ídolo , una pintura , una piedra ..., no sé ,....algo que presente unas alas , esto será para usted .
Giró la cabeza lentamente . Examinó el dinero con avidez y , saltando del coche , tartamudeó :
- ¡ No se mueva ! ... ¡ Espere aquí !
Atónito , le vi correr y desaparecer en dirección al puesto de control . Abandoné el automóvil y poco faltó para que saliera tras él . ¿ Le había ofendido ? ¿ Por qué aquella violenta reacción ? Me heché a temblar . La espera se prolongaría durante una irritante e interminable hora . En ese tiempo tuve oportunidad de fraguar toda una serie de hipótesis
Lo más curioso , sin embargo , es que mi aparente firme propósito de abandonar la empresa se hubiera disipado en un abrir y cerrar de ojos . Nunca he conseguido comprender mis locas contradicciones .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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