martes, 13 de junio de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - Tercera semana en Beit Ids ( 30 )

Los que portaban las teas eran ocho o diez jovenzuelos , todos desnudos de cintura para arriba , y pintarrajeados a franjas amarillas y negras con la al-kenna , una ceniza vegetal utilizada por los beduinos para pintar uñas , rostros y pies . El sheikh era muy aficionado a ella .
Los felah interrumpieron el trabajo  , y se lamentaron . Eran los dawa zrad ( << la maldición de la langosta >> ) . una de las bandas que asolaba la región y que hacía honor a su nombre . Había oído hablasr de ellos , pero no supuse que fuerann tan destructivos .
Nadie se atrevió a dar un paso ...
Los capitaneaba un árabe , de unos quince o dieciseis años de edad , al que apodaban << Qatal >> ( << Matador >> ) , en alusión a un escorpión , altamente venenoso , muy común en las colinas de Beit Ids . El sobrenombre era el más indicado , por dos razones : por su crueldad , y por la forma del dedo índice izquierdo , deformado , y en garra , con una larga y afilada uña negra , similar a la cola del citado escorpión . Si te señalaba , o si invocaba su nombre de guerra , estabas perdido , según los campesinos . Era la vergüenza de los Adwan , según Yafé . Todos huían de él , y con razón .
Miré de reojo al Maestro . Seguía inalterable , a lo suyo , como si nada ocurriera .
No entendí ...
Y los dawa , todos badu , olvidaron pronto los onagros y se cebaron con el campamento . Derribaron el cobertizo a patadas y , entre risotadas , derramaron la harina y arruinaron las provisiones y el agua , orinando sobre ellas . Después patearon lo que quedaba del fuego y se apoderaron de los palitroques que todavía ardian . Dos de ellos volcaron las ollas y las blandieron  como mazas , aullando de placer.
A partir de esos instantes , todo fue rápido , muy rápido y confuso . Quien esto escribe no sabía dónde mirar , ni qué partido tomar . Jesús era lo primero , pero ...
Y se produjo lo inevitable (?)
Los energúmenos , con el tal << Matador >> a la cabeza , corrieron hacis los rebuscadores , los únicos que continuaban a su alcance .
Tres de los niños huyeron a tiempo .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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