lunes, 19 de junio de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 9 - Tercera semana en Bait Ids ( 50 )

¡ A qué me enfrentaba ? Mejor dicho , a quién ... Y en  esos instantes fui visitado por la lucidez : aquel Hombre , a pesar de las aparienciasb , no era sólo un Hombre ; era un Dios . Él Tenía el poder . Sencillamente , Él sabía cómo hacerlo y además , era misericordioso . Con eso era suficiente. Eso era lo importante y lo que yo debía transmitir . El resto era secundario . Pero , al poco , la lucidez se alejó y quien esto escribe siguió enredado en lo circunstancial y en lo puramente anecdótico . ¿ Cómo lo hizo ? ¿ Cómo ... ?
Llegué a pensar en los nemos . Podía inocularlos en el intrior del niño y averiguar quizá ... Me pareció ridículo . ¿ Qué más necesitaba para convencerme ? Saltaba a la vista ... Y me propuse hablar con el Maestro en cuanto se presentase en la cueva . Tenía que aclarar aquellas terribles dudas ...
El sol se despedía ya por el camino que conducía a la localidad de El Hawi . Según los cronómetros de la << cuna >> ese miercoles , 30 de enero del año 26 , el sol se ocultaría a las 17 horas , 7 minutos y 35 segundos de un supuesto Tiempo Universal . La oscuridad no tardaría en caer sobre el lugar . Me había descuidado . Sumido en estas reflexiones no reparé en el paso del tiempo . También a esto debería acostumbrarme . La vida al lado del Galileo era como un suspiro.
Recordé lo prometido : quien esto escribe , mientras Jesús permaneciera en aquellas colinas , se ocuparía de la intendencia y de lo menor . Él debía dedicarse , por entero a su Padre .
Preparé un buen fuego y dispuse la cena . El Maestro no tardaría en presentarse .
Jesús regresó poco antes del ocaso . Ésa era su costumbre . Canturreaba . Me pareció alegre , como si nada hubiera ocurrido . Tomó sus cosas y se alejó en dirección al río . Supuse que deseaba asearse . Y así fue ,,,
Al poco retornó al interior de la cueva . Había cambiado la chamuscada túnica blanca por la roja . Presentaba el pelo suelto . Algunas de las lucernas , estratégicamente repartidas por la caverna , arrancaron destellos a la más que crecida barba y a la mansa melena . Supuse que el Maestro se había regalado una gotas de kimah , el perfume que utilizaba con frecuencia , y más concretamente desde el histórico 14 de de enero de ese año 26 , fecha de su bautismo en las aguas del Artal , uno de los afluentes del río Jordám . Y digo esto porque , al penetrar en la cueva , el recinto se llenó de un intenso y agradabilisimo olor a sándalo blanco . Un perfume que yo asociaba con la paz interior y la serenidad .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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