Y para cerrarestos asuntos de índole más o menos científica , deseo dejar constancia de algo que puede resultar esclarecedor y probatorio de cuanto llevo dicho , muy especialmente de nuestro hallazgo sobre la superficie de las << manchas doradas >> . Sé que el día que la ciencia sitúe un microscopio de << efecto túnel >> sobre el lienzo de Turín , las diferencias en las estructuras y distribución de las << nubes >> atómicas que << flotan >> directamente sobre la imagen , en relación con el resto del lino , abrirán un nuevo camino en las investigaciones y , de paso , demostrarán que no somos un << sueño >>.
Al conocer estas cosas , mi espíritu se fortaleció . Y aunque mi mente cartesiana - como la de cualquier cinentífico - sigue resistiendose a aceptar lo que no sea previamente probado en laboratorio , la intuición , de nuevo , vino a sostener mi tambaleante y anémica fe .
Y aquel anochecer del lunes , 10 de abril del año 30 , terminado los trabajos , Eliseo y yo , emocionados , caímos de rodillas ante la majestuosa imagen del lienzo de lino : sin duda , enmendando a Einstein , la << sombra de Dios >>. Y en silencio solicitamos luz y fuerza para proseguir la dura pero fascinante misión que nos había sido encomendada . Nuestro ruego debío ser escuchado , a juzgar por lo que nos tocó vivir ...
Y tras besar la sábana , nos dispusimos a descansar . En aquel gesto , mi hermano percibió también el familiar olor que yo había captado en el interior del sepulcro , al inclinarme sobre la mortaja . Y supo identificarlo al momento . Era el mismo que se registraba en la nave cada vez que se producía una inversión de masa , con consiguiente manipulación de los ejes de los swivels . Un olor de dudosa definición que quizá guarda un remoto parecido con el del incienso quemado ...
Al Día siguiente , recuperado el micrófono y analizados los lienzos mortuorios , daría comienzo una nueva etapa en la operación . En realidad , un viejo y hasta esos momentos fracasado proyecto : investigar el escurridizo cuerpo << glorioso >> del Galileo .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Al conocer estas cosas , mi espíritu se fortaleció . Y aunque mi mente cartesiana - como la de cualquier cinentífico - sigue resistiendose a aceptar lo que no sea previamente probado en laboratorio , la intuición , de nuevo , vino a sostener mi tambaleante y anémica fe .
Y aquel anochecer del lunes , 10 de abril del año 30 , terminado los trabajos , Eliseo y yo , emocionados , caímos de rodillas ante la majestuosa imagen del lienzo de lino : sin duda , enmendando a Einstein , la << sombra de Dios >>. Y en silencio solicitamos luz y fuerza para proseguir la dura pero fascinante misión que nos había sido encomendada . Nuestro ruego debío ser escuchado , a juzgar por lo que nos tocó vivir ...
Y tras besar la sábana , nos dispusimos a descansar . En aquel gesto , mi hermano percibió también el familiar olor que yo había captado en el interior del sepulcro , al inclinarme sobre la mortaja . Y supo identificarlo al momento . Era el mismo que se registraba en la nave cada vez que se producía una inversión de masa , con consiguiente manipulación de los ejes de los swivels . Un olor de dudosa definición que quizá guarda un remoto parecido con el del incienso quemado ...
Al Día siguiente , recuperado el micrófono y analizados los lienzos mortuorios , daría comienzo una nueva etapa en la operación . En realidad , un viejo y hasta esos momentos fracasado proyecto : investigar el escurridizo cuerpo << glorioso >> del Galileo .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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