En el muro orientado al sur - en el extremo opuesto al que escondía la salida del pasadizo - habían sido practicados unos estrechos y altos ventanales , cerrados con vidrieras , desde los que se podía contemplar el Santuario del Templo y buena parte de la explanada de los gentiles . Entre estas casi troneras y el surtidor se alineaban tres mesas de marfil , muy bajas , y repletas de manjares que , en un primer vistazo , no identifiqué . Más que mesas parecían arquetas . Y a un lado , una alta y bellisima lámpara de pie , de alabastro translúcido , rematada por tres flores de loto en las que ardían otras tantas mechas de aceite . Poco a poco , conforme fui curioseando , observé que el procurador - o quizá su mujer - sentían una especial atracción por los muebles y adornos egipcios . Enj el muro oeste , elevados sobre sendas peanas , se exibian - en el centro - un prodigioso barco faraónico , en papiro y con incustracciones de piedras multicolores y , a uno y otro lado , dos cabeceras funerarias , también de origen egipcio . La de la izquierda , plegable y en marfil , adornada con dos cabezas del genio protector Bes . La otra , una valiosisima pieza de pasta vítrea azúl opaca , con un friso de, oro decorado con los dos signos repetidos de la vida divina .
Entusiasmado con estos posibles vestigios del reinado de Tutankhamen - que no lograba entender cómo habían llegado a poder del gobernador - no me percaté de la presencia dee Poncio .
Civilis me tocó con su uitus y , al punto , me volví , descubriendo a un pilato rejuvenecido y jovial , que me saludaba brazo en alto . Le correspondí con una leve inclinación de cabeza y , rechazando todo protocolo , se vino hacia mí , zarandeándome por los brazos y burlándose de mis << correrías mañaneras por los montes de Jerusalén >>. Estaba claro que el obeso Poncio había sido puesto al corriente por su fiel comandante ...
- Así que has visto el sepulcro vacío ...
Pilato , que lucía un hermoso manto color jacinto , arrollado al tronco en varias vueltas y una túnica de lana hasta los pies , no esperó mi posible respuesta . Con sus azules y << saltones >> ojos fijos en la cabecera funeraria que yo acababa de admirar , murmuró para sí :
- ¡ Única ! ... ¿ Te gusta , Jasón ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Entusiasmado con estos posibles vestigios del reinado de Tutankhamen - que no lograba entender cómo habían llegado a poder del gobernador - no me percaté de la presencia dee Poncio .
Civilis me tocó con su uitus y , al punto , me volví , descubriendo a un pilato rejuvenecido y jovial , que me saludaba brazo en alto . Le correspondí con una leve inclinación de cabeza y , rechazando todo protocolo , se vino hacia mí , zarandeándome por los brazos y burlándose de mis << correrías mañaneras por los montes de Jerusalén >>. Estaba claro que el obeso Poncio había sido puesto al corriente por su fiel comandante ...
- Así que has visto el sepulcro vacío ...
Pilato , que lucía un hermoso manto color jacinto , arrollado al tronco en varias vueltas y una túnica de lana hasta los pies , no esperó mi posible respuesta . Con sus azules y << saltones >> ojos fijos en la cabecera funeraria que yo acababa de admirar , murmuró para sí :
- ¡ Única ! ... ¿ Te gusta , Jasón ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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