Dejé la cesta frente al apacible Galileo y enpecé a trazar círculos , , tomando como centro el hueco en el que descansaba Jesús . Sentía curiosidad . Durante buena parte de la noche pude oír los aullidos de los lobos rojos , pero ¿ merodearon por aquel peñasco ? Y lo más importante : si la << luz >> se precipitó sobre la cima de la << 778 >> , quizá había quedado algún resto ...
¿ En qué estaba pensando ? ¿ Restos de qué ?
La intuición nunca traiciona . Al poco , en una de las elevaciones del terreno , descubrí excrementos de animales . Pertenecían a dos tipos de mamíferos . Unos , muy negros , con una de las puntas retorcidas en espiral , parecían de zorro . Probablemente había comido bayas de empetro , o inojo marino , una de las escasas plantas que prosperaba entre las rocas . Los otros , similares a los de los grandes perros , de color gris , eran de lobo , sin duda . La arenisca había sido arañada con las patas anteriores , otra de las costumbres de estos carnivoros . Por más que indagué no hallé huellas . El terreno era inapropiado . No importaba . Los lobos estuvieron allí , tal y como suponía . Pero ¿ qué buscaban en un paraje tan inhóspito ? Allí no había caza , ni tampoco nidos de rapaces . Tuve un presentimiento ...
Entonces , cuando me disponía a regresar junto al Maestro , reparé en otro detalle que no era normal . Las heces aparecían sin olor , y totalmente deshidratadas , como si hubieran sido expuestas a una intensa radiación . No supe explicarlo , a no ser que ...
Busqué entre las piedras y , efectivamente , la sospecha se confirmó . Los hinojos , habitualmente olorosos , se hallaban amarillos y muertos . Algo los había secado hasta la raiz .
Y en la memoría surgió el resplandor violeta ...
¿ Fueron los lobos atraídos por la << luz >> que se precipitó sobre la colina ? ¿ Fue esa << luz >> la que desecó las plantas y las heces de los animales ? ¿ Qué clase de radiación se adueñó de las rocas de la << 778 >> ? Y lo más importante : ¿ existía alguna relación entre las << luces >> y Jesús de Nazaret ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¿ En qué estaba pensando ? ¿ Restos de qué ?
La intuición nunca traiciona . Al poco , en una de las elevaciones del terreno , descubrí excrementos de animales . Pertenecían a dos tipos de mamíferos . Unos , muy negros , con una de las puntas retorcidas en espiral , parecían de zorro . Probablemente había comido bayas de empetro , o inojo marino , una de las escasas plantas que prosperaba entre las rocas . Los otros , similares a los de los grandes perros , de color gris , eran de lobo , sin duda . La arenisca había sido arañada con las patas anteriores , otra de las costumbres de estos carnivoros . Por más que indagué no hallé huellas . El terreno era inapropiado . No importaba . Los lobos estuvieron allí , tal y como suponía . Pero ¿ qué buscaban en un paraje tan inhóspito ? Allí no había caza , ni tampoco nidos de rapaces . Tuve un presentimiento ...
Entonces , cuando me disponía a regresar junto al Maestro , reparé en otro detalle que no era normal . Las heces aparecían sin olor , y totalmente deshidratadas , como si hubieran sido expuestas a una intensa radiación . No supe explicarlo , a no ser que ...
Busqué entre las piedras y , efectivamente , la sospecha se confirmó . Los hinojos , habitualmente olorosos , se hallaban amarillos y muertos . Algo los había secado hasta la raiz .
Y en la memoría surgió el resplandor violeta ...
¿ Fueron los lobos atraídos por la << luz >> que se precipitó sobre la colina ? ¿ Fue esa << luz >> la que desecó las plantas y las heces de los animales ? ¿ Qué clase de radiación se adueñó de las rocas de la << 778 >> ? Y lo más importante : ¿ existía alguna relación entre las << luces >> y Jesús de Nazaret ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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