martes, 9 de mayo de 2017

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 8 - 14 de enero ,lunes ( 76 )

Jesús la depositó en la escudilla , ligeramente inclinada sobr la paja , y la esfera rodó hasta uno de los extremos , el más cercano a quien esto escribe . Fue como una << señal >> . El Maestro lo advirtió , y me sonrió . Naturalmente , leyó mi pensamiento .Pero no dijo nada ...
El Galileo continió con el ritual .
Un peine de madera , de doble uso , con púas abiertas para desenredar , y otras , cerradas , para peinar , propiamente dicho . << Cerillas >> de azufre , y el correspondiente pedernal para incendiarlas ; sin duda , uno de los << inventos >> más prácticos de la época , que ahorraba esfurzos a la hora de conseguir fuego . Una bolsa de hule , o punda , no ,uy grande , en la que seoía el tintenear de algunas monedas . Jesús casi no le prestó atención . La dejó en la escudilla , junto a la esfera de las irisaciones azules . también le vi sacar la navaja , con mango de hueso , utilizada habitualmente por el Maestro para repasar la barba y cortarse el cabello . Entre los judíos , la barba era un símbolo , cantada , incluso , en las Sagradas Escrituras . Jeremías aborrecía a los que la afeitaban . Los muy religiosos o extremistas , caso de los zelotas , la consideraban un signo en la resistencia contra Roma . Sólo en caso de luto estaba bien visto que se rasurase . Para Jesús , sin embargo , la barba no era una manifestación de religiosidad , como pretendía el Salmo 133 , o de rechazo del invasor . Sencillamente , su barba , partida en dos , era un asunto de simple comodidad . En cuanto al cabello , siempre sobre los hombros , lo razonable es que lo cortae cada mes . En general , procuraba que coincidiera con la luna nueva . Alguna vez llegó a tenerlo por la espalda ( recuerdo , por ejemplo , las dramáticas horas de su pasión y muerte ) . Una vez por semana lo lavaba y protegía con cualquiera de los múltiples aceites esenciales de aquel tiempo . Jamás utilizaba espejo . Nunca , que yo recuerde , lo vi mirarse en una de aquellas pulidas superficies de latón , broce o plata . Cuando arreglaba los cabellos , si era posible , lo hacía sobre la superficie del agua . La Ley mosaica era tan exigente , y minuciosa , que dictaba el momento , incluso , en el que los varones debían cortar sus cabellos ( las mujeres no figuraban en ese capítulo de la Misná o tradición oral ) : el rey debía hacerlo a diario . El sumo sacerdote , la víspera de cada sábado . Los sacerdotes , cada treinta días . Los niños , en cuanto apuntase ( evitaban así las plagas de parásitos ). El resto del pueblo , cuando se presentasen los piojos en la cabeza ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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