El Maestro lo dispuso todo y , sentados sobre la paja , en el silencio de la gruta , observamos la comida , hambrientos . Nos miramos con complicidad . Los ojos de Jesús chispearon a la luz de las lucernas . ¿ Qué tramaba ? Pensé en los saltamontes . Aquel Hombre adoraba las bromas ...
Pero no . Él pensaba en otro asunto . Y no tardó en exponerlo :
- Hoy , querido mensajero , ha sido un día muy especial ... Me gustaría que fueras tú el encargado de la bendición ...
La petición me dejó confuso . Rara vez lo vi bendiciendo la mesa al estilo judío . No era muy dado a tales costumbres ; algo que le costó también más de un enfrentamiento con los ortodoxos . << Comer sin bendecir - proclamaban los doctores de la Ley - era profanar una cosa santa . >> Pero creo que no me estoy expresando correctamente . Jesús sí bendecía los alimentos , pero no lo hacía según las fórmulas rituales , y obligadas , que repetían los judíos . Sus << bendiciones >>, para la madre , la Señora , y para los rigoristas de la Ley mosaica , rozaban la blasfemia . Y las críticas , como digo , fueron constantes .
- Pero , Señor ... Yo sólo soy un mal ´ak ...
La defensa fue inútil . El Maestro me miró como sólo Él sabía hacerlo , y me vació . Una sonrisa asomó primero en los ojos . Una sonrisa pícara y anunciadora ...
Lo supe . Estaba perdido .
Y la sonrisa se derramó por el rostro , y por la cueva entera .
Movió las largas y estilizadas manos , animándome . Hice lo que pude .
- Te damos las gracias , oh , Padre ...
Dudé . Lo miré , buscanco su aprobación , y Él movió la cabeza , manifestando ciertas dudas , supongo .
-... por estos alimentos ...
Entonces caí en la cuenta . Y pregunté :
- ¿ Los saltamontes son un alimento o un castigo ? Adiós a la bendición . La risa arruinó laas buenas intenciones .
Está bien - treció el Maestro , definitivamente vencido -. Yo me ocuparé ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pero no . Él pensaba en otro asunto . Y no tardó en exponerlo :
- Hoy , querido mensajero , ha sido un día muy especial ... Me gustaría que fueras tú el encargado de la bendición ...
La petición me dejó confuso . Rara vez lo vi bendiciendo la mesa al estilo judío . No era muy dado a tales costumbres ; algo que le costó también más de un enfrentamiento con los ortodoxos . << Comer sin bendecir - proclamaban los doctores de la Ley - era profanar una cosa santa . >> Pero creo que no me estoy expresando correctamente . Jesús sí bendecía los alimentos , pero no lo hacía según las fórmulas rituales , y obligadas , que repetían los judíos . Sus << bendiciones >>, para la madre , la Señora , y para los rigoristas de la Ley mosaica , rozaban la blasfemia . Y las críticas , como digo , fueron constantes .
- Pero , Señor ... Yo sólo soy un mal ´ak ...
La defensa fue inútil . El Maestro me miró como sólo Él sabía hacerlo , y me vació . Una sonrisa asomó primero en los ojos . Una sonrisa pícara y anunciadora ...
Lo supe . Estaba perdido .
Y la sonrisa se derramó por el rostro , y por la cueva entera .
Movió las largas y estilizadas manos , animándome . Hice lo que pude .
- Te damos las gracias , oh , Padre ...
Dudé . Lo miré , buscanco su aprobación , y Él movió la cabeza , manifestando ciertas dudas , supongo .
-... por estos alimentos ...
Entonces caí en la cuenta . Y pregunté :
- ¿ Los saltamontes son un alimento o un castigo ? Adiós a la bendición . La risa arruinó laas buenas intenciones .
Está bien - treció el Maestro , definitivamente vencido -. Yo me ocuparé ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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