Estaba claro que las sorpresas , en aquella luminosa mañana , no habían hecho más que empezar . Por la puerta de nuqrah vi surgir a una antigua amiga , la anciana badawi de la vara de plata , que nos indicó el lugar donde se hallaba la cueva y que , justamente , advirtió al Maestro para que no molestara a la welieh de la fuente . Además de la primera esposa del shikh , era la bruja de Beit Ids . Algo me advirtió en el interior . Debería extremar la prudencia con la faqireh . La noticia de alguien más poderoso que ella - caso del Príncipe Yuy - no creo que la hiciera feliz .
Presentaba la misma lámina : rostro maquillado como una máscara , todo en verde , el gran anillo , o nezem , que atravesaba la nariz , y el enorme collar , o tagah , de plata y coral amarillo sobre un negro e incómodo thob ´ob.
Me examinó mientras se aproximaba al jeque , su marido . Se inclinó sobre el hombre de los nudos , y éste susurró algo a su oído . Hablaron en voz baja . No alcancé a descifrar el breve diálogo . Ella gesticulaba , y parecía negarse . Finalmente , entre maldiciones , fue a sentarse frente al fuego , a mi lado . El esclavo depositó un plato a su alcance , sobre la tierra , y Nasrah me arrebató la taza que sostenía entre los dedos . Lo hizo sin contemplaciones , y , evidentemente , disgustada . La propuesta , o la orden , del sheikh no le gustó . Miré al jeque , pero el hombre del lino blanco se limitó a levantar levemente las manos , indicándome que mantuviera la calma . Así lo hice .
La faqireh , entonces , volcó la porcelana sobre el plato .El escaso kafia que quedaba en la tacita se escurrió , denso y perezoso . ¿ Qué se proponía ?
Y esperó . Todos esperamos . El jeque , atento , olvidó los nudos . Sus ojos , ahora casi azules , estaban pendientes de la taza volcada sobre el plato .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Presentaba la misma lámina : rostro maquillado como una máscara , todo en verde , el gran anillo , o nezem , que atravesaba la nariz , y el enorme collar , o tagah , de plata y coral amarillo sobre un negro e incómodo thob ´ob.
Me examinó mientras se aproximaba al jeque , su marido . Se inclinó sobre el hombre de los nudos , y éste susurró algo a su oído . Hablaron en voz baja . No alcancé a descifrar el breve diálogo . Ella gesticulaba , y parecía negarse . Finalmente , entre maldiciones , fue a sentarse frente al fuego , a mi lado . El esclavo depositó un plato a su alcance , sobre la tierra , y Nasrah me arrebató la taza que sostenía entre los dedos . Lo hizo sin contemplaciones , y , evidentemente , disgustada . La propuesta , o la orden , del sheikh no le gustó . Miré al jeque , pero el hombre del lino blanco se limitó a levantar levemente las manos , indicándome que mantuviera la calma . Así lo hice .
La faqireh , entonces , volcó la porcelana sobre el plato .El escaso kafia que quedaba en la tacita se escurrió , denso y perezoso . ¿ Qué se proponía ?
Y esperó . Todos esperamos . El jeque , atento , olvidó los nudos . Sus ojos , ahora casi azules , estaban pendientes de la taza volcada sobre el plato .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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