sábado, 12 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 168 )

Esta vez fui yo el que rompió el silencioque cayó sobre la sala .
- ¿ Desapareció ? ¿ Quieres decir que se fue por la puerta  ?
Cleofás negó con la cabeza  . Y secándose las lágrimas con la renegrida manga  de lana de su túnica , espetó sin demasiado entusiasmo :
- ¡ Desapareció de nuestra vista  ! No sé cómo , pero lo hizo ....
Otra oleada de murmullos y cuchicheos  se propagó entre los discópulos y las mujeres .
- No era de extrañar que nuestros corazones ardieran inquietos  mientras caminábamos hacia el pueblo . - Cleofas parecía  hablar consigo mismo -. Él estaba abriendo nuestras inteligencias ...
La exposición del pastor concluiría  con algunos pormenores finales  y sin mayor transcedencia  . suspendieron la cena  y salieron precipitadamenteb  de Ammaus , dispuestos a comunicar la noticia a los fieles , amigos y seguidores  del rabí de Galilea . Habían corrido sin respiro hasta Jerusalén , entrando primero en la casa de José de Arimatea . Éste no se hallaba en la mansión y fueron la de Magdala y las restantes hebreas quienes les aconsejaron y acompañaron hasta donde nos encontrábamos . El resto era sabido de todos .
Elías , terminado el relato , rogóa uno de los criados  que sirvieran a los pastores cuanto desearan  . Pero Cleofás , incorporándose  , agradeció las atenciones del anfitrión , comunicandole que - una vez cumplida su misión - debían retornar a la aldea . El trabajo era inaplazable ...
Y pasadas las nueve de la noche , se retiraron .
Yo esperé los acontecimientos  . No tenía fuerzas para nada . Había perdido la cuenta , incluso de las << visiones >> . Me sentía  desmoralizado e incapaz de poner orden en mi cerebro . Por estas razones , apenas si presté atención a las palabras de la Magdalena  , que vino a ratificar la buena nueva de los pastores conla ya conocida  aparición del Maestro en la casa de l sanedrita  . En la inevitable  discusión participaron esta vez María Marcos  , las las mujeres que venían con la de Magdala y hasta la servidumbre
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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