El << rana >>, sentado en la tercera mesa , parecia absorto y sumamente ocupado . A su lado distinguí a un joven con una túnica corta y un calzado típicamente romano : el solea ( una especie de sandalia con suela y sujeta a base de correas de cuero que enlazaban el dedo pulgar con el empeine ). En un extremo del tablero descansaba una amplia prenda - parecida a un capote - de gruesa lana y que , en un primer momento , identifiqué con la toga romana . ( Una de las vestimentas que , precisamente , distinguía a todo ciudadano romano y cuyo uso estaba prohibido a los extranjeros . ) Al otro lado de la mesa , frente al posadero y formando una hilera , aguardaba media docena de hombres , ancianos en su mayoría y vecinos de la aldea . Uno de ellos , casualmente , había sido victima de mis ultrasonidos . Detras de las tinajas que hacían de mostrador parloteaban dos mujeres que , a la vista de su indumentarian , o debería decir de su << falta de indumentaria >> , identifiqué con las burritas o prostitutas de turno . Una de ellas cubría la parte superior de su cuerpo con una especie de chal . La otra , en cambio , aparecía con el pecho desnudo y coloreado en amarillo . Ambas de exhibian con el más absoluto descaro , << cubriéndose >> de cintura para abajo con una túnica o gasa transparente . Y a cada solicitud de vino , las meretrices acudían a las mesas , colmando las jarras . Entre la clientela distinguí a varios buhoneros o vendedores ambulantes con unas gruesas y enorme perchas de madera repletas de ropa y amontonadas en desorden sobre el piso de la sala . El resto parecía pertenecer a la próspera profesión de los rokel ( comerciantes que caminan en todas direcciones ) y de los sitônes ( compradores de grano al por mayor y , muy frecuentemente , de << cosechas verdes >> ) . Estos individuos , al igual que los llamados monopôles , que << monopolizaban >> toda clase de productos - agrícolas o manufacturados -, revendiendolos después a los minoristas , era muy frecuentes en la Galilea y en especial en las aldeas o ciudades que , como Nazaret , disfrutaban de una rica variedad agrícola . Adquirían las cosechas a precios abusivos , reteniéndolas en sus almacenes hasta que los precios se disparaban . Eran odiados por los sufridos campesinos o artesanos que , lamentablemente , tenían que dar salida a sus productos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez
Autor : J.J.Benitez
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Antonio martinez
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