El individuo en cuestión , provistode pluma , tinta , y hojas de papiro de unas ocho o diez pulgadas y de un gramo y colorido bastante más groseros que los habitualmente utilizados entre los escribas ( probablenete se tratase en un papiro siciliano ), sin prisas y sin inmutarse ante las emocionadas frases de los humildes y analfabetos vecinos , iba redactando , en arameo , los pequeños secretos , las peticiones o los sabrosos comentarios de sus << clientes >> . En pleno trasiego , el escribano alzó los ojos y confundiéndome con un nuevo solicitante de sus servicios me indicó que guardara turno . El << rana >> , al identificarme , palideció . Y simulando gran contento puso al socio al corriente de << mi alta cuna y mejores riquezas >>. La cal aparecida en su semblante y el anormal titubeo fueron suficientes . Heqet estaba al tanto del robo . Dado el volumen de clientes que llenaban la posada , sólo una información precisa podía haber conducido a los esbirros de Ismael a la habitación exacta . Lejos de alterarme opté por seguirle la corriente , como si ignorase lo sucedido con el saco de viaje . Y aceptando la invitación del enano fui a sentarme en el extremo de la mesa , asistiendo a la redacción de las últimas cartas . La mayoría iba destinada a parientes que residian al norte , en las orillas del lago y en la alta Galilea . Uno de los ancianos se dirigía a su hijo , enrolado en los barcos de guerra de Roma y en respuesta a una misiva del joven le hacía saber su satisfacción por haber cubierto con bien su primera singladura , así como por las tres piezas de oro recibidas del emperador en concepto de paga . El buen hombre le rogaba en secreto que acudiera a los pintores de puerto y que le hiciera llegar un retrato . El desaprensivo posadero , al oír la petición , detuvo la mano del escribiente e hizo saber al sumiso padre de familia que << aquello estaba prohibido por la ley >> y que , de incluirlo , le costaría dos leptas más . El anciano , sabiendo que la ley mosaica rechazaba todo tipo de representaciones pictóricas , no tuvo más remedio que aflojar la bolsa , depositando en las miserables manos de heqet la cantidad extra requerida . Ello subió la tarifa a un denario y dos leptas .
Otro de los vecinos trataba de convencer a su hermano , residente en Nahum , de que no tubiera contemplaciones con su sobrino ( el hijo de aquél ) y de que si los tirones de orejas no le hacian entrar en razon , que hiciera uso de la vara .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Otro de los vecinos trataba de convencer a su hermano , residente en Nahum , de que no tubiera contemplaciones con su sobrino ( el hijo de aquél ) y de que si los tirones de orejas no le hacian entrar en razon , que hiciera uso de la vara .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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