Y la esperada secuencia de golpes - tres exactamente - se repitió al otro lado de la desvencijada portezuela ,<< ametrallada >> en sus nudos por la vejez .
- Quién va ?
El imperativo grito de Santiago no obtuvo respuesta . Y decidido salvó los tres pasos que le separaban de la cancela , espiando por uno de los descarnados nudos . Y un cansino golpeteo hizo temblar de nuevo el maderamen . Pero , al segundo bastonazo , la puerta se entreabrió , ceujiendo como un cochinillo . Y el hermano del Maestro , seguro de la identidad y de las honradas intenciones del visitante , le indicó que entrara . Era un anciano de barbas deshilachadas que colgaban como un sauce , casi hasta la cintura . Al verme aproximó los labios al oído de Santiago , susurrándole algo que , naturalmente no alcancé a escuchar . El hijo de la Señora fue asintiendo con la cabeza y , terminado el cuchicheo , formuló una sola pregunta :
- ¿ Cuándo ?
Pero el viejo , sordo como la tapia que le contemplaba , necesitó de un segundo y de un tercer intento.
- Que digo que cuándo .... - vociferó el desesperado Santiago , metiendo la boca entre las greñas del tal Jairo .
Y el amigo de la familia , porque su arriesgada acción bien merecía la licencia , le rogó de nuevo que se inclinara , musitandole una frase que sí capté :
- Vencida la nona . ( rebasada las tres de la tarde .)
Santiago le besó en ambas mejillas y , acto seguido , le vi desaparecer . Un minuto después daba a conocer la noticia que acababa de suministrarle el anciano vecino :
- Parece que esa víbora intenta llegar hasta el final . Un miembro del consejo ha partido hacia Séforis , vencida la nona , con el fin de solicitar instrucciones al tribunal...
Las recias palabras de Santiago cayeron como plomo fundido . Sólo la << pequeña ardilla >> , en su candidez , se atrevió a intervenir :
- ¿ Instrucciones ? ¿ Sobre qué ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Quién va ?
El imperativo grito de Santiago no obtuvo respuesta . Y decidido salvó los tres pasos que le separaban de la cancela , espiando por uno de los descarnados nudos . Y un cansino golpeteo hizo temblar de nuevo el maderamen . Pero , al segundo bastonazo , la puerta se entreabrió , ceujiendo como un cochinillo . Y el hermano del Maestro , seguro de la identidad y de las honradas intenciones del visitante , le indicó que entrara . Era un anciano de barbas deshilachadas que colgaban como un sauce , casi hasta la cintura . Al verme aproximó los labios al oído de Santiago , susurrándole algo que , naturalmente no alcancé a escuchar . El hijo de la Señora fue asintiendo con la cabeza y , terminado el cuchicheo , formuló una sola pregunta :
- ¿ Cuándo ?
Pero el viejo , sordo como la tapia que le contemplaba , necesitó de un segundo y de un tercer intento.
- Que digo que cuándo .... - vociferó el desesperado Santiago , metiendo la boca entre las greñas del tal Jairo .
Y el amigo de la familia , porque su arriesgada acción bien merecía la licencia , le rogó de nuevo que se inclinara , musitandole una frase que sí capté :
- Vencida la nona . ( rebasada las tres de la tarde .)
Santiago le besó en ambas mejillas y , acto seguido , le vi desaparecer . Un minuto después daba a conocer la noticia que acababa de suministrarle el anciano vecino :
- Parece que esa víbora intenta llegar hasta el final . Un miembro del consejo ha partido hacia Séforis , vencida la nona , con el fin de solicitar instrucciones al tribunal...
Las recias palabras de Santiago cayeron como plomo fundido . Sólo la << pequeña ardilla >> , en su candidez , se atrevió a intervenir :
- ¿ Instrucciones ? ¿ Sobre qué ?
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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