Miriam protestó . Hasta los niños sabían de la mortífera acción de esa planta . ¿ Quién podía confundirla y mezclarla con el grano ?
Santiago , a pesar de la sensata exposición de su hermana , le hizo ver que la crueldad del jefe del consejo terminaría revolviéndose contra tales argumentos , empeorando la ya delicada posición de la familia . Era menester que los sihuientes pasos fueran y estuvieran minuciosa y cuidadosamente estudiados . Y después de varias e infructuosas discusiones - desestimada una vez más la sugerencia de Jacobo de abandonar la aldea -, el grupo tuvo que resignarse a lo acordado en la jornada precedente : esperar el desenlace de la sesión del tribunal de Séforis , prevista para la mañana del día siguiente .
- En estos momentos - añadió Santiago cancelando la reunión - conviene conservar la calma y esforzarnos para encontrar ... - Dudó unos instantes . Y mirándome de reojo modificó su pensamiento . De haber hablado del << cadáver >> de Juan sólo habría añadido leña seca al ya voraz fuego que consumía a los presentes -.... A nuestro amigo . El Zebedeo - comentó sin poder apagar del todo su preocupación - tiene que estar en alguna parte .
La Señora , al escuchar el nombre del discípulo , trazó una amarga sonrisa . Pero tampoco dijo nada . Y quien esto escribe creyó leer sus pensamientos . ¿ Qué podía esperarse de un individuo sin entrañas , capaz de acabar con la vida de unas inocentes palomas ?
Y cargando el saco , Jacobo se dispuso a seguir a su cuñado . Y este explorador , aunque no había sido invitado , decidió acompañar a los dos hombres . Al observar mi disposición , Santiago me miró fijamente , planteándome una sola cuestión.
- ¿ Estás seguro de querer unirte a nosotros ? Los ojos del saduceo están en todas partes ...
Y aproximándome le susurré al oído :
- No olvides que soy su cómplice .
Sonrió con desgana .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Santiago , a pesar de la sensata exposición de su hermana , le hizo ver que la crueldad del jefe del consejo terminaría revolviéndose contra tales argumentos , empeorando la ya delicada posición de la familia . Era menester que los sihuientes pasos fueran y estuvieran minuciosa y cuidadosamente estudiados . Y después de varias e infructuosas discusiones - desestimada una vez más la sugerencia de Jacobo de abandonar la aldea -, el grupo tuvo que resignarse a lo acordado en la jornada precedente : esperar el desenlace de la sesión del tribunal de Séforis , prevista para la mañana del día siguiente .
- En estos momentos - añadió Santiago cancelando la reunión - conviene conservar la calma y esforzarnos para encontrar ... - Dudó unos instantes . Y mirándome de reojo modificó su pensamiento . De haber hablado del << cadáver >> de Juan sólo habría añadido leña seca al ya voraz fuego que consumía a los presentes -.... A nuestro amigo . El Zebedeo - comentó sin poder apagar del todo su preocupación - tiene que estar en alguna parte .
La Señora , al escuchar el nombre del discípulo , trazó una amarga sonrisa . Pero tampoco dijo nada . Y quien esto escribe creyó leer sus pensamientos . ¿ Qué podía esperarse de un individuo sin entrañas , capaz de acabar con la vida de unas inocentes palomas ?
Y cargando el saco , Jacobo se dispuso a seguir a su cuñado . Y este explorador , aunque no había sido invitado , decidió acompañar a los dos hombres . Al observar mi disposición , Santiago me miró fijamente , planteándome una sola cuestión.
- ¿ Estás seguro de querer unirte a nosotros ? Los ojos del saduceo están en todas partes ...
Y aproximándome le susurré al oído :
- No olvides que soy su cómplice .
Sonrió con desgana .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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