Los pequeños , entre seis y diez años , más o menos , todos con los cráneos rapados , parecían divertidos . Reían sin cesar , y hablaban a gritos , en un dialecto de los a ´rab . Algo entendí . La llamada Operación Salomón y la larga permanencia en território árabe tuvieron sus ventajas . Aunque cada tribu, o clan , disponía de su propio dialecto ( los había a cientos en la península arábiga y en los territorios de lo que hoy son Israelo , Siria , Líbano , Iraq , Sinaí , Jordania y Egipto ) , << el pueblo que habla claramente >> - ése era el aténtico sentido del término a ´rab - sabía entenderse con otros árabes , aunque procedieran de zonas remotas . Todos ellos , nacidos de un tronco común , conservaban el espíritu de la primitiva voz dialectal .
Los niños hacían bromas sobre berrami , el extrangero , y aludían a su notable estatura . Se referían a Jesús , sin duda . Entonces , ya a un paso , reparé en algo que me dejó helado . Pero no pude hacer nada . Como digo , estban prácticamente encima .
No había atado la cuerda que servía para cerrar el saco de viaje del Galileo . deshice el nudo , pero no hubo tiempo para más .
¿ Qué podía hacer ?
Nada . No debía moverme . Si el Maestro se percataba del asunto , acudiría a Él , y confesaría mi torpeza ...
Los pequeños beduinos me rodearon de inmediato , y las bromas y chanzas se desviaron hacia el blaco de mis cabellos , algo poco habitual entre los badu jóvenes . Lo merecía , por supuesto ...
Junto al Galileo caminaba una anciana , con el rostro renegrido , y cubierta con khol , o maquillaje , de un verde hierba que la comvertía en una máscara . La mujer había pintado el entrecejo con la referida pintura , enduraciendo , aún más , la mirada . Había khol en los párpados , en la frente y en el mentón .
Me observó , curiosa , pero no dijo nada .
A diferencia de las beduinas que scaban agua en el pozo cercano a la aldea de Tantur , la anciana se cubría con una variante del thob ; lo que llamaban thob , ob , una pieza de lana , lino o algodón , según las posibilidades económicas , que enrrollaban alrededor del cuerpo y que las protegía desde los hombros a los tobillos . En ocasiones era larguísimo , de hasta cinco metros .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Los niños hacían bromas sobre berrami , el extrangero , y aludían a su notable estatura . Se referían a Jesús , sin duda . Entonces , ya a un paso , reparé en algo que me dejó helado . Pero no pude hacer nada . Como digo , estban prácticamente encima .
No había atado la cuerda que servía para cerrar el saco de viaje del Galileo . deshice el nudo , pero no hubo tiempo para más .
¿ Qué podía hacer ?
Nada . No debía moverme . Si el Maestro se percataba del asunto , acudiría a Él , y confesaría mi torpeza ...
Los pequeños beduinos me rodearon de inmediato , y las bromas y chanzas se desviaron hacia el blaco de mis cabellos , algo poco habitual entre los badu jóvenes . Lo merecía , por supuesto ...
Junto al Galileo caminaba una anciana , con el rostro renegrido , y cubierta con khol , o maquillaje , de un verde hierba que la comvertía en una máscara . La mujer había pintado el entrecejo con la referida pintura , enduraciendo , aún más , la mirada . Había khol en los párpados , en la frente y en el mentón .
Me observó , curiosa , pero no dijo nada .
A diferencia de las beduinas que scaban agua en el pozo cercano a la aldea de Tantur , la anciana se cubría con una variante del thob ; lo que llamaban thob , ob , una pieza de lana , lino o algodón , según las posibilidades económicas , que enrrollaban alrededor del cuerpo y que las protegía desde los hombros a los tobillos . En ocasiones era larguísimo , de hasta cinco metros .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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