En nuestro afan por calibrar hasta el último detalle de tan apasionante y - ¿ por que negarlo ? - peligrosa misión , contemplamos incluso , en los primeros momentos , la posibilidad de que los altos del Golán o los macizos del Simaí pudieran ser reconsiderados por el Gobierno israelí como una de las plataformas para la definitiva instalación de la estación . El general nos había advertido que , dada la situación en Oriente Medio , ambos emplazamientos habían sido desechados por el Estado Mayor judío . Y no tuvimos más remedio que rendirnos a la evidencia cuando , esos días , la prensa de Jerusalén aireó dos noticias registradas el jueves último y justamente en las areas en litigio . En el golfo de Suez , muy próximo al Sinaí , un avión esipcio y otro judío habían sido alcanzados en un duelo aéreo entre reactores de ambos países . En cuanto a las alturas del Golán , tropas sirias habían destrutido dos carros blindados y una excavadora israelita cuando éstos cruzaron la línea de alto el fuego con el fin de construir una carretera en la zona desmilitarizada.
La tensión entre Israel y sus vecinos árabes seguía incrementándose de forma alarmante , amenazando incluso nuestros objetivos . Pero las horas más amargas estaban aún por llegar...
En la mañana del lunes , 19 de febrero , aprovechando una obligada interrupción en nuestras sesiones de trabajo , y casi sin quererlo , mis pasos me condujeron a un lugar que había evitado hasta esos instantes : la Ciudad Vieja de Jerusalén . Mientras Eliseo y los directores se ocupaban en la sede de la embajada norteamericana de la tramitación para el enviopor valija diplomática de los sismogramas obtenidos en la primera exploración y que debían ser estudiados , con prioridad absoluta , por el Centro Geológico de Colorado y la administración Nacional del Océano y de la Atmósfera ( NOSA ) , ambos en mi pais , yo me dejé arrastrar por una necesidad casi imperiosa : Caminar lenta y pausadamente por los mismos ( ? ) lugares de la Ciudad Santa donde - << siglos antes >> -, había vivido tan increible y traumatizantes esperiencias .
Quizá no debí hacerlo . En el fondo , yo sabía lo que me aguardaba . Pero mi espíritu pujaba por >> encontrarle >> o encontrar el menor vestigio que me recordara su prencia .
La tensión entre Israel y sus vecinos árabes seguía incrementándose de forma alarmante , amenazando incluso nuestros objetivos . Pero las horas más amargas estaban aún por llegar...
En la mañana del lunes , 19 de febrero , aprovechando una obligada interrupción en nuestras sesiones de trabajo , y casi sin quererlo , mis pasos me condujeron a un lugar que había evitado hasta esos instantes : la Ciudad Vieja de Jerusalén . Mientras Eliseo y los directores se ocupaban en la sede de la embajada norteamericana de la tramitación para el enviopor valija diplomática de los sismogramas obtenidos en la primera exploración y que debían ser estudiados , con prioridad absoluta , por el Centro Geológico de Colorado y la administración Nacional del Océano y de la Atmósfera ( NOSA ) , ambos en mi pais , yo me dejé arrastrar por una necesidad casi imperiosa : Caminar lenta y pausadamente por los mismos ( ? ) lugares de la Ciudad Santa donde - << siglos antes >> -, había vivido tan increible y traumatizantes esperiencias .
Quizá no debí hacerlo . En el fondo , yo sabía lo que me aguardaba . Pero mi espíritu pujaba por >> encontrarle >> o encontrar el menor vestigio que me recordara su prencia .
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