Fue quizá un momento de debilidad . Pero , ante semejante abuso , no pude contenerme . Por supuesto , no entregué un solo centavo . Y encarándome con el impasible pope , le recriminé lo que consideraba un deshonesto << alquiler >> de la tumba del Nazareno . El griego acarició sus negras y desaliñadas barbas y , mirándome con desplicencia , argumentó:
- Nadie le obliga , hermano ...
- Claro
No hubo tiempo para más . El << ayudante >> , obedeciendo una significativa y estudiada mirada del sacerdote , hizo presa en uno de mis brazos y , suave pero firmemente , me arrastró hacia la salida .
Dolorido e indignado no me detuve hasta alcanzar la muralla sur de la Ciudad Santa ¿ << Ciudad Santa >> ? ¡ Dios mío ! , ¡ qué poco han cambiado las cosas ... !
Una ligera brisa me recibió bajo el arco de la puerta de Sión , al final del barrio armenio . Me setuve , buscando serenar mi espiritu . En el fondo , ¿ quién puede cambiar tan drásticamente las tendencias y debilidades humanas ? Quizá algun día - como profetizó el Maestro - << el mundo salga del invierno materialista para entrar en la primavera espiritual ... >> . Pero eso parece aún lejano .
Al abordar la calzada de Hativat Etzioni , entre las murallas de la Ciudad Vieja y el monte Sión , el instinto fue mi único guia . Al cabo de unos minutos me hallaba en el filo de las profundas barrancas del valle del hinnom , donde , antaño , estubiera ubicado el basurero de la Jerusalén bíblica : la Géhenne mecionada en los Evangelios canónicos . Aquella tortuosa depresión , salpicada de rocas y peñascales , no había variado demasiado. El principal y más agudo recuerdo de aquel desfiladero era la ansiosa búsqueda , en la mañana del sábado , 8 de abril del año 30 , en compañía del joven Juan Marcos , del desaparecido Judas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Nadie le obliga , hermano ...
- Claro
No hubo tiempo para más . El << ayudante >> , obedeciendo una significativa y estudiada mirada del sacerdote , hizo presa en uno de mis brazos y , suave pero firmemente , me arrastró hacia la salida .
Dolorido e indignado no me detuve hasta alcanzar la muralla sur de la Ciudad Santa ¿ << Ciudad Santa >> ? ¡ Dios mío ! , ¡ qué poco han cambiado las cosas ... !
Una ligera brisa me recibió bajo el arco de la puerta de Sión , al final del barrio armenio . Me setuve , buscando serenar mi espiritu . En el fondo , ¿ quién puede cambiar tan drásticamente las tendencias y debilidades humanas ? Quizá algun día - como profetizó el Maestro - << el mundo salga del invierno materialista para entrar en la primavera espiritual ... >> . Pero eso parece aún lejano .
Al abordar la calzada de Hativat Etzioni , entre las murallas de la Ciudad Vieja y el monte Sión , el instinto fue mi único guia . Al cabo de unos minutos me hallaba en el filo de las profundas barrancas del valle del hinnom , donde , antaño , estubiera ubicado el basurero de la Jerusalén bíblica : la Géhenne mecionada en los Evangelios canónicos . Aquella tortuosa depresión , salpicada de rocas y peñascales , no había variado demasiado. El principal y más agudo recuerdo de aquel desfiladero era la ansiosa búsqueda , en la mañana del sábado , 8 de abril del año 30 , en compañía del joven Juan Marcos , del desaparecido Judas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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