Lo que si me pareció indigno del lugar que se pretende venerar fue un hecho que me tocó vivir en aquella agitada mañana .
Durante un buen rato deambulé sin rumbo fijo por las oscuras y recargadas capillas , absurdamente divididas entre los griegos ortodoxos y los católicos romanos , descendiendo incluso a una de las criptas donde , según la tradición , Santa Elena había hallado las tres cruces , << arrojadas a una especie de basurero por los soldados romanos , una vez concluidas las crucificiones >>.
En otra de las dependencias volví a encontrarme con la << columna de la flagelación >> : un delicado y costoso mojón de mármol rojo , de unos cincuenta centímetros de altura y con unn mimado basamento . No pude por menos que sonreir . Aquella especie de milar jamás pudo ser utilizado para atar caballerías . Era demasiado caro y exquisito ...
Y de pronto me encontré frente a un grupo de turistas , que hacia cola para visitar la no menos supuesta tumba del Galileo . Aquél era uno de los santuarios que yo me había negado a inspeccionar durante mi etapa de entrenamiento . Creo haber mencionado ya : tanto la dirección de Caballo de Troya como yo mismo consideramos que , para determinadas fases de la misión , era mejor prescindir de las informaciones ya existentes . Ello nos proporcionaba un mayor grado de objetividad . De ahí que , al unirse al paciente grupo , sintiera una inevitable curiosidad . Era del todo imposible que la gruta que sirvió de enterramiento a Jesús de Nazaret se hallara tan próxima al Calvario . ( Apenas veinte o treinta metros en el interior de la iglesia ) Pero decidí hechar un vistazo.
El monumento que cubre y protege en la actualidad dicha sepultura , excesivamente recargado y con una gran cúpula de estilo ruso , es tan sumamente angosto que sólo permite el paso de cuatro o cinco personas a un tiempo . A gran velocidad , cas macánicamente , los turistas que me precedían fueron entrando y saliendo de la tumba . Cuando me tocó el turno , sinceramente , quedé horrorizado . En un estrechisimo cubículo de apenas dos metros de largo pou una de ancho y otros dos de alto puede contemplarse , a la derecha de la estancia , una laja de mármol que no supera el metro y setenta centímetros de longitug . Era imposible que el cuerpo del Cristo , con su 1,81 metros de estatura , hubiera encajado en posoción horizontal sobre dicho banco de piedra .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Durante un buen rato deambulé sin rumbo fijo por las oscuras y recargadas capillas , absurdamente divididas entre los griegos ortodoxos y los católicos romanos , descendiendo incluso a una de las criptas donde , según la tradición , Santa Elena había hallado las tres cruces , << arrojadas a una especie de basurero por los soldados romanos , una vez concluidas las crucificiones >>.
En otra de las dependencias volví a encontrarme con la << columna de la flagelación >> : un delicado y costoso mojón de mármol rojo , de unos cincuenta centímetros de altura y con unn mimado basamento . No pude por menos que sonreir . Aquella especie de milar jamás pudo ser utilizado para atar caballerías . Era demasiado caro y exquisito ...
Y de pronto me encontré frente a un grupo de turistas , que hacia cola para visitar la no menos supuesta tumba del Galileo . Aquél era uno de los santuarios que yo me había negado a inspeccionar durante mi etapa de entrenamiento . Creo haber mencionado ya : tanto la dirección de Caballo de Troya como yo mismo consideramos que , para determinadas fases de la misión , era mejor prescindir de las informaciones ya existentes . Ello nos proporcionaba un mayor grado de objetividad . De ahí que , al unirse al paciente grupo , sintiera una inevitable curiosidad . Era del todo imposible que la gruta que sirvió de enterramiento a Jesús de Nazaret se hallara tan próxima al Calvario . ( Apenas veinte o treinta metros en el interior de la iglesia ) Pero decidí hechar un vistazo.
El monumento que cubre y protege en la actualidad dicha sepultura , excesivamente recargado y con una gran cúpula de estilo ruso , es tan sumamente angosto que sólo permite el paso de cuatro o cinco personas a un tiempo . A gran velocidad , cas macánicamente , los turistas que me precedían fueron entrando y saliendo de la tumba . Cuando me tocó el turno , sinceramente , quedé horrorizado . En un estrechisimo cubículo de apenas dos metros de largo pou una de ancho y otros dos de alto puede contemplarse , a la derecha de la estancia , una laja de mármol que no supera el metro y setenta centímetros de longitug . Era imposible que el cuerpo del Cristo , con su 1,81 metros de estatura , hubiera encajado en posoción horizontal sobre dicho banco de piedra .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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