El paso de los siglos y la construcción en dicha ladera de las conocidas iglesias y santuarios de Getsemaní , Dominus Flevit , la tumba de la Virgen María , la de Santa María Magdalena y la de las Naciones , entre otras , han trastocado el primitivo y genuino perfil del monte sagrado . A excepción de algunos y aislados corro de olivos , el resto es igualmente irreconocible . Caminé lentamente , siguiendo el curso de la muralla oriental del desaparecido Segundo Templo , haciendo continuas paradas . Pero , salvo los precipicios que van configurando la vieja torrentera del Cedrón y los cuatro monumentos funerarios que todavía se levantan en el nacimiento de aquella ladera del monte de las Aceitunas - atribuidos a Absalón , Josafat , Santiago y Zacarías -, nada conserva su antiguo aspecto . Los viejos caminos que discurrian de una a otra parte , salvando el valle , y que el Galileo había frecuentado en sus idas y venidas desde Betania o desde el campamento de Getsemaní , habían sído borrados o sustituidos por modernas carreteras y vías asfaltadas.
Un viento frío empezó a soplar desde el noreste , arrastrando negras y amenazadoras nubes sobre Jerusalén . Apenas si quedaban tres Horas de luz y , consciente de que nuestra próxima reunión en el Ramada Shalóm había sido programada para las 18 horas , aceleré el paso . Tampoco en aquellos momentos sabía lo que buscaba . ¿ Quizá algun escondido o remoto vestigio del lugar donde el Maestro acostumbraba a plantar su campamento ?
Conforme fui apróximandome al jardín de Getsemaní , aquel empeño iría debilitándose . Como dije , ni siquiera el templo que recuerda el lugar del prendimiento del Galileo está correctamente emplazado . Durante algunos minutos ascendí por la estrecha carretera que se empina hacia la cumbre y que desenboca en la mezquia de la Ascensión . Y tomando como referencia la puerta Dorada del muro de este Templo ( ahora tapiada hasta << el fin de los tiempos >> , giré a la izquierda , saliendo de la calzada . Si no me equivocaba , no muy lejos de allí había vivido los intensos momentos de la << oración del huerto >> ,de el proceso sanguinolento o << hematohidrosis >> de Jesús , y en una cota inferior , en el viejo y extinguido sendero , la llegada de la tropa romana y levita y el accidentado prendimiento del Maestro .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Un viento frío empezó a soplar desde el noreste , arrastrando negras y amenazadoras nubes sobre Jerusalén . Apenas si quedaban tres Horas de luz y , consciente de que nuestra próxima reunión en el Ramada Shalóm había sido programada para las 18 horas , aceleré el paso . Tampoco en aquellos momentos sabía lo que buscaba . ¿ Quizá algun escondido o remoto vestigio del lugar donde el Maestro acostumbraba a plantar su campamento ?
Conforme fui apróximandome al jardín de Getsemaní , aquel empeño iría debilitándose . Como dije , ni siquiera el templo que recuerda el lugar del prendimiento del Galileo está correctamente emplazado . Durante algunos minutos ascendí por la estrecha carretera que se empina hacia la cumbre y que desenboca en la mezquia de la Ascensión . Y tomando como referencia la puerta Dorada del muro de este Templo ( ahora tapiada hasta << el fin de los tiempos >> , giré a la izquierda , saliendo de la calzada . Si no me equivocaba , no muy lejos de allí había vivido los intensos momentos de la << oración del huerto >> ,de el proceso sanguinolento o << hematohidrosis >> de Jesús , y en una cota inferior , en el viejo y extinguido sendero , la llegada de la tropa romana y levita y el accidentado prendimiento del Maestro .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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