Ello hará más sencillo elobligado cierre temporal de las ruinas arqueológicas . Creo que me explico con claridad ...
La intencionalidad de algunas de las palabras pronunciadas por Bahat , y que he entrecomillado , no dejan lugar a dudas .
Las intensas lluvias de febrero provocaban en aquella zona frecuentes y habituales desprendimientos o inundaciones . No era extraño por tanto que la ruta hacia el sur del mar Muerto , Ein hatzeva , Ein Ya hav y Elat se viera afectada por las venidas de agua procedentes del escarpado desierto de Judá .
Finalizada la reunión , el jefe de campamento repartió los falsos documentos de identidad , así como gruesos capotes de agua , requisando la totalidad de nuestras cámaras fotográficas . Y siguiendo las instrucciones de Curtiss , le acompañamos hasta la plataforma - base del funicular . La lluvia había cesado momentáneamente , pero no así el viento . Eran casi las diez de la mañana .
Al cruzar la explanada advertimos que los camiones no se hallaban en el lugar . Tampoco observamos movimiento alguno de turistas o visitantes . La explicación a la misteriosa desparición de los camiones no tardaría en llegar .
Los responsables de la Operación Eleazar los habían alineadoa los pies de la casamata que servía de refugio a la pareja de cabinas del aereocarril . Mediante una poderosa grúa instalada en un transporte militar , los bloques de de piedra naranja habían empezado a ser trasladados y depositados sobre unas reducidas bases cuadradas o rectangulares provistas de ruedas , que eran rápidamente introducidas en el interior de cada una de las cabinas del funicular . Previamente , la puerta corrediza de cada módulo había sido desmontada , facilitando así el acceso de los aparentemente pesados sillares . El lugar se hallaba rodeado por el pelotón de soldados que habíamos visto poco antes junto a los camiones . Mis compañeros y yo empezamos a comprender .
Uno tras otro , una vez cargados con los bloques , cada funicular abandonaba la base , ascendiendo en dirección a la cumbre de Masada . La laboriosa operación - como pudimos experimentar personalmente en el transporte del último cargamento - encerraba un indudable riesgo . Muy especialmente si el viento alcanzaba los 60 kilómetros / hora . En ese caso , la cabina podía sufrir un peligroso balanceo . Y una caída desde 262 metros hubiera sido fatal ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La intencionalidad de algunas de las palabras pronunciadas por Bahat , y que he entrecomillado , no dejan lugar a dudas .
Las intensas lluvias de febrero provocaban en aquella zona frecuentes y habituales desprendimientos o inundaciones . No era extraño por tanto que la ruta hacia el sur del mar Muerto , Ein hatzeva , Ein Ya hav y Elat se viera afectada por las venidas de agua procedentes del escarpado desierto de Judá .
Finalizada la reunión , el jefe de campamento repartió los falsos documentos de identidad , así como gruesos capotes de agua , requisando la totalidad de nuestras cámaras fotográficas . Y siguiendo las instrucciones de Curtiss , le acompañamos hasta la plataforma - base del funicular . La lluvia había cesado momentáneamente , pero no así el viento . Eran casi las diez de la mañana .
Al cruzar la explanada advertimos que los camiones no se hallaban en el lugar . Tampoco observamos movimiento alguno de turistas o visitantes . La explicación a la misteriosa desparición de los camiones no tardaría en llegar .
Los responsables de la Operación Eleazar los habían alineadoa los pies de la casamata que servía de refugio a la pareja de cabinas del aereocarril . Mediante una poderosa grúa instalada en un transporte militar , los bloques de de piedra naranja habían empezado a ser trasladados y depositados sobre unas reducidas bases cuadradas o rectangulares provistas de ruedas , que eran rápidamente introducidas en el interior de cada una de las cabinas del funicular . Previamente , la puerta corrediza de cada módulo había sido desmontada , facilitando así el acceso de los aparentemente pesados sillares . El lugar se hallaba rodeado por el pelotón de soldados que habíamos visto poco antes junto a los camiones . Mis compañeros y yo empezamos a comprender .
Uno tras otro , una vez cargados con los bloques , cada funicular abandonaba la base , ascendiendo en dirección a la cumbre de Masada . La laboriosa operación - como pudimos experimentar personalmente en el transporte del último cargamento - encerraba un indudable riesgo . Muy especialmente si el viento alcanzaba los 60 kilómetros / hora . En ese caso , la cabina podía sufrir un peligroso balanceo . Y una caída desde 262 metros hubiera sido fatal ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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