Ahora , despues de tanto tiempo , estoy seguro que hice bien en ocultar a Curtiss y a la dirección del proyecto mi profunda angustia y el obsesivo deseo de volver , fruto de una compleja mezcla de admiración de admiración por él y de una ardiente necesidad de conocerle mejor . Nadie , en mis muchos años de vida , habia llegado tan certera y ondamente y hondamente a mi atormentado corazón . Y una y otra vez me hacia la misma pregunta : ¿ por qué yo ? ¿ Por qué un individuo ruin , impuro y eternamente dubitativo como yo se veía envuelto en semejante situación ? ¿ Que tenía aquel Hombre para lograr transformar tan violentamente una vida - la mia -, llena de vacío ?
Como digo , si hubiera informado a Caballo de Troya de mi debilidad por Jesús de Nazaret - porque de eso se trataba en realidad -, tan flagranre parcialidad y entisiasmo por el personaje motivo de la segunda expedición me habrían descalificado sin remedio . La objetividad y frialdad en los exploradores eran condiciones basicas para el desempeño para una misión de aquella naturaleza . Y aunque mi compañero y yo compartieramos estos sentimientos , creo que a la hora de la verdad - tal y como se verá más adelante - supimos respetar esta regla de oro de la operación , manteniéndonos siempre , y en ocasiones con serias dificultades , enn una posición distante y al margen del curso de los acontecimientos.
Al cruzar bajo el arco de la puerta de Jafa , en el extremo occidental de la Ciudad Vieja de Jerusalén , el frío inicial de aquella mañana había empezado a remitir . Unos tibios rayos de sol templaron mi intensa palidez , alegrando el ocre de las piedras de la Ciudadela . Un abigarrado gentío daba vida a la corta calle que separaba los barrios Armenios y judíos , al norte , del critiano y musulmán , al sur . Aunque yo habia paseado en numerosas oportunidades - antes del gran viaje - por aquel mismo sector de la Ciudad Santa , ahora era diferente .Muy diferente ...
Al llegaral final de la Str . of the Chaun dudé . ¿ hacia donde me dirigía ? A mi derecha , a corta distancia se encontraba el muro de las Lamentaciones : último y y único vestigio del imponente Templo construido por Herodes el Grande . E instintivamente tomé aquella dirección
Autor : Un abrazo
Antonio Martinez
Como digo , si hubiera informado a Caballo de Troya de mi debilidad por Jesús de Nazaret - porque de eso se trataba en realidad -, tan flagranre parcialidad y entisiasmo por el personaje motivo de la segunda expedición me habrían descalificado sin remedio . La objetividad y frialdad en los exploradores eran condiciones basicas para el desempeño para una misión de aquella naturaleza . Y aunque mi compañero y yo compartieramos estos sentimientos , creo que a la hora de la verdad - tal y como se verá más adelante - supimos respetar esta regla de oro de la operación , manteniéndonos siempre , y en ocasiones con serias dificultades , enn una posición distante y al margen del curso de los acontecimientos.
Al cruzar bajo el arco de la puerta de Jafa , en el extremo occidental de la Ciudad Vieja de Jerusalén , el frío inicial de aquella mañana había empezado a remitir . Unos tibios rayos de sol templaron mi intensa palidez , alegrando el ocre de las piedras de la Ciudadela . Un abigarrado gentío daba vida a la corta calle que separaba los barrios Armenios y judíos , al norte , del critiano y musulmán , al sur . Aunque yo habia paseado en numerosas oportunidades - antes del gran viaje - por aquel mismo sector de la Ciudad Santa , ahora era diferente .Muy diferente ...
Al llegaral final de la Str . of the Chaun dudé . ¿ hacia donde me dirigía ? A mi derecha , a corta distancia se encontraba el muro de las Lamentaciones : último y y único vestigio del imponente Templo construido por Herodes el Grande . E instintivamente tomé aquella dirección
Autor : Un abrazo
Antonio Martinez
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