jueves, 10 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 157 )

El cielo quiso que mi pequeño amigo Juan Marcos  , perspicaz como pocos , saltara de su banco . Se interpuso en mi camino y preguntó dónde pensaba  pasar la noche . No supe responderle  . La verdad es que no me lo había planteado  . Ante mi indecisión  , el padre del benjamín intervino ,  haciendo el resto  . Me brindó su casa  y , con suma facilidad  - lo reconozco -, me << convencieron >> para que aceptara  su hospitalidad . Forcejeé  por puro compromiso y , finalmente  , lo agradecí encantado , retornando a mi lugar en la mesa .
Eran las 20,35 horas . Nuevos y singulares  hechos estaban a punto de maravillarnos  .
Pero antes de intentar transcribir lo que vivimos en la estancia  - ojalá el Todopoderoso siga dándome luz  y fuerzas para ello - , por una sola vez y en beneficio de esta torpe narración , presiento que debo saltarme  el orden conológico de los acontecimientos . Y así lo haré .
Aquella noche  , cuando los ánimos  se dulcificaron , sostuve  una larga entrevista con Pedro  . As´fue como conocí lo que rondaba por su cabeza cuando ocurrió lo que ocurrió ...
Tanto Andrés como yo teníamos razón  al sentirnos inquietos por la suerte del ofuscado pescador de hombres . Mientras permanecíamos en el canáculo , Simón , decididoa escapar pero temeroso de ser reconocido por los << espias >> o los levitas de Caifás , se propuso abandonar la casa cuando la noche despejara  las calles de Jerusalén . Y sin voluntad para volver al salón , se refugió en el amplio patio  . Los siervos  , en efecto , le vieron pasear a lo largo del muro , con las manos a la espalda  y la cabeza baja . Pero , respetuosos  con su dolor y silencio , fueron retirándose . En aquellos amargos momentos  - según me confesó el apóstol -, los remordimientos  por su traición eran insoportables  . Su complejo de culpabilidad era tal que pensó , incluso , en la muerte .
Estaba  convencido  de que había perdido  su puesto  como embajador del reino . A esta negra trama  había que añadir  su íntimo convencimiento de que Jesús  - si es que era verdad que había resucitado - no se apareciera  a los suyos mientras  él siguiera allí . Sin embargo , y sin que supiera cómo ni por qué  , también fueron amaneciendo en su corazón otros recuerdos  preñados de esperanza . << Vio >> los ojos del Maestro , llenos de ternura  , cuando , al salir del palacete de Anás , le miró durante unos breves segundos . Y le vino igualmente a la memoria  el mensaje de Jesús  a las mujeres , citándole : << Id a decir a mis apóstoles y a Pedro ... >>
- No sé lo que me sucedió , Jasón , pero me eché a llorar...
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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