En nuestra aventura en el desierto oí muchas historias sobre el particular ; todas ellas , supuse , fruto de la fantasía .
Acto seguido , la anciana y los pequeños dieron la vuelta y se alejaron a la carrera , en dirección al poblado .
Parecían huir . Y gritaban algo como << banat el - ain ! >> o << las hijas dela fuente . No comprendí . Si la beduina habló de una welieh , en singular , ¿ por qué invocaban ahora el plural ?
Lo que estaba claro es que , a pesar de la bondad de la welieh , los badu tenían miedo , y optaron por retirarse .
¿ Hacia dónde nos dirigiamos ? ¿ Qué lugar había elegido el Maestro para pernoctar ? ¿ O no fue seleccionado por Él ?
Y al poco , a la izquierda de la senda , entre los almendros , distinguí un tosco brocal de roca caliza , muy blanca , Recogía el agua de una fuente .
Jesús se detuvo frente al agua ; la contempló brevemente y continuó por el camino . El lugar se hallaba desierto .
Intenté localizar el sol , pero se había puesto . No tardaría en caer la noche .
En ese lugar , a la derecha de la senda por la que marchábamos , el terreno sufría un acusado desnivel . Los almendros se precipitaban hacia el río que había oído , y adivinado , poco antes . Ahora era perfectamente disdinguible , a doscientos pasos .
El Maestro volvió a detenerse . Quien esto escribe se encontraba rezagado , a escasos metros , junto a la fuente .
Parecía contemplar algo con especial atención ...
Y dejó que me aproximara ...
Al llegar a su altura , a la izquieda de la senda , al pie mismo del camino , descubrí la boca de una gruta .
Creí entender . Allí pasaríamos la noche ...
El Maestro caminó hacia la entrada . Lo vi encorvarse , y desaparecer en la oscuridad ...
Autor: J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Acto seguido , la anciana y los pequeños dieron la vuelta y se alejaron a la carrera , en dirección al poblado .
Parecían huir . Y gritaban algo como << banat el - ain ! >> o << las hijas dela fuente . No comprendí . Si la beduina habló de una welieh , en singular , ¿ por qué invocaban ahora el plural ?
Lo que estaba claro es que , a pesar de la bondad de la welieh , los badu tenían miedo , y optaron por retirarse .
¿ Hacia dónde nos dirigiamos ? ¿ Qué lugar había elegido el Maestro para pernoctar ? ¿ O no fue seleccionado por Él ?
Y al poco , a la izquierda de la senda , entre los almendros , distinguí un tosco brocal de roca caliza , muy blanca , Recogía el agua de una fuente .
Jesús se detuvo frente al agua ; la contempló brevemente y continuó por el camino . El lugar se hallaba desierto .
Intenté localizar el sol , pero se había puesto . No tardaría en caer la noche .
En ese lugar , a la derecha de la senda por la que marchábamos , el terreno sufría un acusado desnivel . Los almendros se precipitaban hacia el río que había oído , y adivinado , poco antes . Ahora era perfectamente disdinguible , a doscientos pasos .
El Maestro volvió a detenerse . Quien esto escribe se encontraba rezagado , a escasos metros , junto a la fuente .
Parecía contemplar algo con especial atención ...
Y dejó que me aproximara ...
Al llegar a su altura , a la izquieda de la senda , al pie mismo del camino , descubrí la boca de una gruta .
Creí entender . Allí pasaríamos la noche ...
El Maestro caminó hacia la entrada . Lo vi encorvarse , y desaparecer en la oscuridad ...
Autor: J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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