Eliseo me recordó el nivel de combustible - limitado a 600 segundos - y asentí , tratando de tranquilizarme y de tranquilizar a mi hermano con una media sonrisa . Ambos sabíamos que no podíamos demorar el descenso sobre la mezquita de la Ascensión . El menor error , la más pequeña duda o cualquier variación por nuestra parte del estricto programa previsto para el aterrizaje podían ser fatales .
Segundos antes de habrir la conexión con tierra pulsamos nuevamente el ordenador central , solicitando información sobre el grado de absorción de las hondas decimétricas por parte de la << membrana >> exterior . Si ésta fallaba , los radares militares israelitas no tardarían en detectarnos .
Santa Claus nos tranquilizó . De momento , suponiendo que alguna estación de rastreo - en especial la situada en el monte Hermón - hubiera captado algo anormal a 800 pies sobre el Olivete , el posible << eco >> , al carecer de retorno , hubiera sido identificado por los radaristas como una << zona de silencio >> , relativamente habitual en este tipo de operaciones .
No había tiempo que perder . Y tras una rápida localización visual del octógono y de los hangares levantados en el recinto interior de la Mezquita , Eliseo y yo pusimos en marcha la última fase del programa Apolo XI . Puesto que aquellos últimos minutos del << gran viaje >> hacían absolutamente necesaria la comunicación por radio entre el módulo y el nuevo << punto de contacto >> , los hombres de Caballo de Troya habían ideado un código identico al utilizado por Armstrong y Aldrin con Houston en el memorable 20 de julio de 1969 , cuando el hombre pisó la Luna por primera vez . De esta forma, cualquier penetración ajena al proyecto en la banda de emisión sólo serviría para confundir al hipotético intruso.
Una vez activada la << banda integrada S >> , Eliseo se hizo con el micro y , sin poder disimular su emoción , preguntó :
- Aquí Águila ... ¿ Hay alguien ahí ?...
Tras unos segundos , la voz de CAPCOM - el supuesto Houston - retumbó en nuestros oídos y en nuestros corazones - por qué ocultarlo - como la más dulce de las melodías .
- Aquí Houston ... Bienvenidos a casa ... Os recibimos << 5 x 5 >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Segundos antes de habrir la conexión con tierra pulsamos nuevamente el ordenador central , solicitando información sobre el grado de absorción de las hondas decimétricas por parte de la << membrana >> exterior . Si ésta fallaba , los radares militares israelitas no tardarían en detectarnos .
Santa Claus nos tranquilizó . De momento , suponiendo que alguna estación de rastreo - en especial la situada en el monte Hermón - hubiera captado algo anormal a 800 pies sobre el Olivete , el posible << eco >> , al carecer de retorno , hubiera sido identificado por los radaristas como una << zona de silencio >> , relativamente habitual en este tipo de operaciones .
No había tiempo que perder . Y tras una rápida localización visual del octógono y de los hangares levantados en el recinto interior de la Mezquita , Eliseo y yo pusimos en marcha la última fase del programa Apolo XI . Puesto que aquellos últimos minutos del << gran viaje >> hacían absolutamente necesaria la comunicación por radio entre el módulo y el nuevo << punto de contacto >> , los hombres de Caballo de Troya habían ideado un código identico al utilizado por Armstrong y Aldrin con Houston en el memorable 20 de julio de 1969 , cuando el hombre pisó la Luna por primera vez . De esta forma, cualquier penetración ajena al proyecto en la banda de emisión sólo serviría para confundir al hipotético intruso.
Una vez activada la << banda integrada S >> , Eliseo se hizo con el micro y , sin poder disimular su emoción , preguntó :
- Aquí Águila ... ¿ Hay alguien ahí ?...
Tras unos segundos , la voz de CAPCOM - el supuesto Houston - retumbó en nuestros oídos y en nuestros corazones - por qué ocultarlo - como la más dulce de las melodías .
- Aquí Houston ... Bienvenidos a casa ... Os recibimos << 5 x 5 >>
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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