Nada más conocer por uno de sus agentes la orden de crucifixión , otros tantos y veloces mensajeros corrieron hacia Pella , Bethsaide , filadelfia , Sidón , Damasco y Alejandría , con la noticia de la inminente muerte de Jesús , por orden del gobernador romano .
Durante buena parte de aquella jornada , David no cesó de mandar << correos >> a Jerusalén y a Betania , informando puntualmente a los discípulos y a la familia de Jesús de cuanto estaba ocurriendo . De no haber sido por la pericia y valentía de este judío , la mayor parte de los apóstoles , escondidos y temerosos , hubieran tardado algún tiempo en conocer el triste final de su Maestro .
Por último , con el ocaso , este Zebedeo suspendió los << correos >> , permitiendo a sus mensajeros que se retiraran a descansar y a celebrar la obligada fiesta pascual . Sin embargo , su convencimiento sobre la resurrección del rabí era tan sólido que , antes de que partieran , les comunicó en secreto la obligación de concentrarse en casa de Nicodemo , a primeras horas de la mañana del domingo . Su intención era transmitir la buena nueva en cuanto se produjese .
Mi admiración por aquel hombre no tuvo límites .....
Y antes de que el hijo de los Marcos se uniera a su familia en el banquete de Pascua , mi curiosidad se vio satisfecha al desvelar , al fin , la suerte del Iscariote .
Me costó trabajo persuadir al joven Juan Marcos de que hablase . En aquellas últimas diez horas , su alma de niño se había consumido entre el dolor , la rabia y la impotencia . Jamás olvidaría la ensangrentada figura de su ídolo y amigo : Jesús de Nazaret . Como tampoco podría borrar la imagen de unos sacerdotes fanatizados y la de un populacho que , un poco antes , había aclamado las valientes y lúcidas intervenciones de su Maestro en la explanada del atrio de los Gentiles y que , ahora , hubiese condenado al Galileo en la mismisima fachada del del Pretorio romano .
Intenté calmarle , recordándole las palabras que acababa de pronunciar David Zebedeo sobre la resurrección . Pero Juan me miró sin comprender . Aquella expresión - << y resucitaré al tercer día >> - rebasaba su capacidad infantil .
Tanto Juan Marcos como su familia sabían que yo había permanecido al pie de la cruz y , como reconocimiento a lo que ellos consideraban un gesto de amor y valentía hacia el rabí , el muchacho terminó por narrarme lo que habia visto y oído desde que yo le encomendase el seguimiento de Judas .
Autor :J:J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Durante buena parte de aquella jornada , David no cesó de mandar << correos >> a Jerusalén y a Betania , informando puntualmente a los discípulos y a la familia de Jesús de cuanto estaba ocurriendo . De no haber sido por la pericia y valentía de este judío , la mayor parte de los apóstoles , escondidos y temerosos , hubieran tardado algún tiempo en conocer el triste final de su Maestro .
Por último , con el ocaso , este Zebedeo suspendió los << correos >> , permitiendo a sus mensajeros que se retiraran a descansar y a celebrar la obligada fiesta pascual . Sin embargo , su convencimiento sobre la resurrección del rabí era tan sólido que , antes de que partieran , les comunicó en secreto la obligación de concentrarse en casa de Nicodemo , a primeras horas de la mañana del domingo . Su intención era transmitir la buena nueva en cuanto se produjese .
Mi admiración por aquel hombre no tuvo límites .....
Y antes de que el hijo de los Marcos se uniera a su familia en el banquete de Pascua , mi curiosidad se vio satisfecha al desvelar , al fin , la suerte del Iscariote .
Me costó trabajo persuadir al joven Juan Marcos de que hablase . En aquellas últimas diez horas , su alma de niño se había consumido entre el dolor , la rabia y la impotencia . Jamás olvidaría la ensangrentada figura de su ídolo y amigo : Jesús de Nazaret . Como tampoco podría borrar la imagen de unos sacerdotes fanatizados y la de un populacho que , un poco antes , había aclamado las valientes y lúcidas intervenciones de su Maestro en la explanada del atrio de los Gentiles y que , ahora , hubiese condenado al Galileo en la mismisima fachada del del Pretorio romano .
Intenté calmarle , recordándole las palabras que acababa de pronunciar David Zebedeo sobre la resurrección . Pero Juan me miró sin comprender . Aquella expresión - << y resucitaré al tercer día >> - rebasaba su capacidad infantil .
Tanto Juan Marcos como su familia sabían que yo había permanecido al pie de la cruz y , como reconocimiento a lo que ellos consideraban un gesto de amor y valentía hacia el rabí , el muchacho terminó por narrarme lo que habia visto y oído desde que yo le encomendase el seguimiento de Judas .
Autor :J:J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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