miércoles, 3 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 98 )

El peso de una familia  tan numerosa fue decisivo . ¿ Quién hubiera tenido el valor  de aportar su dote  a una casa así ? No, amigo  , esa posibilidad estaba en las manos de Dios  , bendito sea su nombre , y ya ves ...
Los razonamientos eran correctos . María  enviudó cuando contaba veintiocho años de edad . Al margen del problema económico - fundamental en aquella  y en todas las épocas -, aunque su belleza no se había extinguido , era ya una mujer << vieja >> . No olvidemos que la expectativa media de vida  hace dos mil años  , en Palestina  , oscilaba  alrededor de los cuarenta años  para el varón y poco más para la mujer  . Y aunque ella no lo mencionó  existía otro obstáculo . Un << impedimento >> que , en general , los hombres suelen valorar en extremo . La Señora  , despierta por naturaleza , de una inteligencia que se derramaba en cada mirada  , educada  muy por encima  de lo habitual entre las hebreas , hubiera necesitado a su lado a un hombre de idénticas o parecidas características . Y la verdad es que en Nazaret no abundaban . José había  sido una excepción . Yo diría que una << providencial >> excepción  . Esa pulcritud de alama , su liberal concepción de la vida  y el fortísimo temperamento la singularizaban de tal forma que  la mayoría  de los presuntos pretendientes  hubiera quedado eclipsada  . Por último , y no menos importante  : se había casado enamorada  . Y ese amor no resultaba fácil de enterrar ... Habría sido muy distinto si la Providencia - situación que , obviamente  , no entraba  en los planes divinos - no les hubira concedido descendencia . La llamada ley del matrimonio yibbum o del liverato , de la palabra << levir >> : cuñado , establecía  que , en este supuesto , la viuda debía casarse con el hemano del difunto . En primera instancia , con el mayor y , en segundo lugar , con el inmediato en la cadena  de edad . El hermano en quien recayese esta sagrada obligación tenia que haber sido engendrado  por el mismo padre y haber vivido , al menos un periodo , contemporáneamente al fallecido . Si la viuda , caso de María , tenía sucesión , esta clase de matrimonio estaba prohibido por la ley..
Conforme fui conociendo al Hombre - si es que existe alguien capaz de llegar al santuario de un alma -, y a los que le rodearon , más cercana  me pareció la mano de la Providencia .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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