Y el silencio reinó en el interior de nuestra querido << cuna >> , apenas roto por el progresivo repiquetear de los interruptores que iban siendo desconectados .
A las 07 horas y 17 minutos de aquel 12 de febrero de 1973 , al abandonar el módulo , Eliseo y yo cerrábamos así el primer y más fascinante << viaje >> practicado por ser humano alguno . ¿ Qué poco imaginábamos que en breve - mucho antes de lo que nadie hubiera supuesto - mi hermano y yo nos veriamos envueltos en una segunda y no menos increíble aventura !
Cuando descendimos del módulo , una salva de aplausos nos devolvió a la realidad . Los técnicos de la operación Caballo de TRoya , con el general Curtiss a la cabeza , se hecharon materialmente sobre nosotros , abrazándonos . Durante algunos minutos , al igual que ocurriera once días antes , con motivo de nuestra partida , un nudo atenazó todas las gargantas . Y los ojos del veterano Curtiss , a pesar de sus esfuerzos , se humedecieron . Pero aquella alegría duraria poco.
Esa misma mañana , mientras los ingenieron se afanaban en un vertiginoso desmantelamiento de la << cuna >> , Curtiss y los directores del proyecto , sentados frente a sendas y humeantes tazas de café , iban a recibir dos noticias que cambiarían el rumbo de la operación.
De acuerdo con lo establecido , una vez concluida la misión , el trabajo de los hombres de Curtiss debía concentrarse en dos objetivos fundamentales : el ya referido desmantelamiento del módulo , permitiendo el ingreso de los técnicos israelitas en la estación receptora de fotografíasprocedentes del satélite artificial Big Bird y , conjuntamente con la << cuna >> y el instrumental utilizado en el << gran viaje >> , nuestro inmediato traslado a los Estados Unidos . Concretamente , a la base de Edwards donde , siempre en secreto , había sido previsto el exhaustivo análisis de la información y material aportado por los << exploradores >>.
La primera noticiam - la notificación por mi parte al jefe del proyecto de la pérdida del micrófono , camuflado la noche del Jueves Santo en la base del farol que alumbraba la llamada << última cena >> , en el piso superior de la casa de Elías Marcos - cayó como un jarro de agua fría .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
A las 07 horas y 17 minutos de aquel 12 de febrero de 1973 , al abandonar el módulo , Eliseo y yo cerrábamos así el primer y más fascinante << viaje >> practicado por ser humano alguno . ¿ Qué poco imaginábamos que en breve - mucho antes de lo que nadie hubiera supuesto - mi hermano y yo nos veriamos envueltos en una segunda y no menos increíble aventura !
Cuando descendimos del módulo , una salva de aplausos nos devolvió a la realidad . Los técnicos de la operación Caballo de TRoya , con el general Curtiss a la cabeza , se hecharon materialmente sobre nosotros , abrazándonos . Durante algunos minutos , al igual que ocurriera once días antes , con motivo de nuestra partida , un nudo atenazó todas las gargantas . Y los ojos del veterano Curtiss , a pesar de sus esfuerzos , se humedecieron . Pero aquella alegría duraria poco.
Esa misma mañana , mientras los ingenieron se afanaban en un vertiginoso desmantelamiento de la << cuna >> , Curtiss y los directores del proyecto , sentados frente a sendas y humeantes tazas de café , iban a recibir dos noticias que cambiarían el rumbo de la operación.
De acuerdo con lo establecido , una vez concluida la misión , el trabajo de los hombres de Curtiss debía concentrarse en dos objetivos fundamentales : el ya referido desmantelamiento del módulo , permitiendo el ingreso de los técnicos israelitas en la estación receptora de fotografíasprocedentes del satélite artificial Big Bird y , conjuntamente con la << cuna >> y el instrumental utilizado en el << gran viaje >> , nuestro inmediato traslado a los Estados Unidos . Concretamente , a la base de Edwards donde , siempre en secreto , había sido previsto el exhaustivo análisis de la información y material aportado por los << exploradores >>.
La primera noticiam - la notificación por mi parte al jefe del proyecto de la pérdida del micrófono , camuflado la noche del Jueves Santo en la base del farol que alumbraba la llamada << última cena >> , en el piso superior de la casa de Elías Marcos - cayó como un jarro de agua fría .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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