Sin embargo , algo sí aparecía claro en aquellos primeros momentos : el tercer estremecimiento del módulo - cuando los sismógrafos ya habían enmudecido - sólo podía obedecer a la presencia de una onda expansiva . este rotundo convencimiento de Eliseo , que padeció los dramáticos 63 segundos - duración estimada de ambos seísmos - a bordo del módulo , se vio refrendado por la inconfundible presencia en los sismogramas de las ondas << P >> , caracteristicas de las explosiones nucleares subterráneas .
La sorpresa y el desconcierto en los hombres de Caballo de Troya , como digo , fueron tales que , en ese mismo momento , Curtiss abandonó el hangar en el que se había montado la estación receptora de imágenes y que nos servía de improvisado cuartel general , regresando a los pocos minutos con los registros analógicos y digitales . estos últimos sólo podían decodificarse mediante ordenador . Así , que , ayudado por los directores y por el propio Eliseo , Curtiss examinó las oscilaciones registradas en el papel térmico. Allí estraba , efectivamente , la serie de << culebreos >> provocada por las mencionadas ondas << P >> o primarias .
En la segunda sacudida - valorada después por los expertos en una magnitud situada entre 6,0 y 6,9 -, este grupo de ondas parecían en primer lugar y con extraordinaria claridad.
Curtiss , sumido en un profundo mutismo , se dejó caer sobre su asiento . Supongo que sus pensamientos eran muy similares a los del resto del equipo : ¿ Una explosión nuclear subterránea en pleno siglo I ? ¿ Y justamente en los críticos instantes en que se registraba el fallecimiento del Hijo del Hombre ? ¿ Cómo entender aquel absurdo ?
- A no ser que nos encontremos ante otro tipo de fenómeno - murmuró el general casi para si mismo .
- En cualquier caso - intervino acertadamente otro de los miembros del programa -, es preciso aguardar los resultados definitivos .
Todos nos mostramos de acuerdo . Sin embargo , el viejo general , en cuya mente rondaba ya una nueva y audaz idea , sigirió que tales análisis fueran practicados sin demora .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La sorpresa y el desconcierto en los hombres de Caballo de Troya , como digo , fueron tales que , en ese mismo momento , Curtiss abandonó el hangar en el que se había montado la estación receptora de imágenes y que nos servía de improvisado cuartel general , regresando a los pocos minutos con los registros analógicos y digitales . estos últimos sólo podían decodificarse mediante ordenador . Así , que , ayudado por los directores y por el propio Eliseo , Curtiss examinó las oscilaciones registradas en el papel térmico. Allí estraba , efectivamente , la serie de << culebreos >> provocada por las mencionadas ondas << P >> o primarias .
En la segunda sacudida - valorada después por los expertos en una magnitud situada entre 6,0 y 6,9 -, este grupo de ondas parecían en primer lugar y con extraordinaria claridad.
Curtiss , sumido en un profundo mutismo , se dejó caer sobre su asiento . Supongo que sus pensamientos eran muy similares a los del resto del equipo : ¿ Una explosión nuclear subterránea en pleno siglo I ? ¿ Y justamente en los críticos instantes en que se registraba el fallecimiento del Hijo del Hombre ? ¿ Cómo entender aquel absurdo ?
- A no ser que nos encontremos ante otro tipo de fenómeno - murmuró el general casi para si mismo .
- En cualquier caso - intervino acertadamente otro de los miembros del programa -, es preciso aguardar los resultados definitivos .
Todos nos mostramos de acuerdo . Sin embargo , el viejo general , en cuya mente rondaba ya una nueva y audaz idea , sigirió que tales análisis fueran practicados sin demora .
Autor :J.J.benitez
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Antonio Martinez
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