miércoles, 1 de julio de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 7 de abril , viernes ( 262 )

Los restos de Jesús  reposaban finalmente  sobre un lecho de piedra de 1,89 metros de largo por 0,93 de ancho . A decir verdad , aquel pilón parecía  excavado a la medida del Galileo .
José se apresuró a destapar el cadáver , mientras Nicodemo  abría  el hatillo de tela , extrayendo en primer lugar dos plumones totalmente blancos  que , a primera vista , podrían ser de algún tipo de ave doméstica .
A la luz tambaleante de las teas - reclinadas por José  sobre cada una de las esquinas  del ara o apoyo de roca -  apareció de nuevo ante todos el ensangrentado , sucio y maloliente cuerpo del hasta hacía unas horas  majestuoso Hijo del Hombre . Las costras de escrementos  habían terminado por secarsesobre la piel de los muslos  y piernas , exhalando una fetidez insoportable  . Aunque sólo habían transcurridos dos horas desde el instante de su muerte clínica  , los pies , con las uñas azuladas , presentaban ya una contractura  postmortem , con predominio extensor de los dedos  . La rigidez , tal y como me temía  , avanzaba ya sin remedio . La cabeza  , caida hacia el lado derecho , conservaba abierta la boca , presentando un tinye lívido y un acusado amoratamiento de los labios . El tórax , totalmente relajado , aparecía cubiertopor una mezcla de tierra y sangre  reseca , con una miríada de coágulos  que no obedecía ya la ley de la gravedad y que despuntaba sobre toda la caja torácica  . Observé el hundimiento del epigastrio y , con él , los pliegues del abdomen , especialmente en su mitad inferior .
Pero lo que más me llamó la atención  fue la mano derecha . Su dorso y borde cubital se hallaban prácticamente ocultos por una gran mancha de sangre coagulada y los cuatro dedos largos , con una marcada cianosis y unas dimensiones ligeramente superiores a los de la izquierda , que conservaban el referido agarrotamiento en forma de << garra >> . Aquella hiperextensión de los cuatro dedos largos de la mano derecha , en mi opinión , sólo podíaestar originada por alguna de las terrorificas lesiones  , en los correspondientes músculos extensores , derivadas de la extracción del clavo y de la segunda perforación del carpo.
La rodilla izquierda seguía doblada y ambos codos , rígidos ya , mantenían los antebrazos en flexión.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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