Caballo de Troya me había asignado la ineludible misión de rescatar el micrófono que había camuflado en el farol situado en la sala donde había tenido lugar la última cena de Jesús . Una de las normas básicas del proyecto especificaba que los << astronautas >> no podían dejar en el área de exploración ningún resto , señal o indicio de su paso. Tampoco era lícito trasladar a << nuestro tiempo real >> nada que pudiera pertenecer a dicha época . La recuperación de esta pieza , en consecuencia , era obligatoria .
Por otra parte , resultaba imprescindible que hablase con el joven Juan Marcos . Pero el adolescente no terminaba de comparecer . Así que , invocando un sentimental deseo de ver por última vez el cenáculo , convencí a la esposa de Elías para que me acompañara al piso superior .
Cuando entramos en la estancia , mi corazón casi se detuvo : ¡ El farol había desaparecido !
La hebrea notó mi palidez , confundiendo mi angustia con una supuesta y honrosa emoción al pisar de nuevo el recinto donde había cenado el Maestro . Tratando de no perder los nervios paseé la mirada por la sala , buscando afanosamente el maldito farol . Pero , evidentemente , alguien lo había sacado de la habitación .
Al borde del colapso , interrogué a la señora de la casa sobre el paradero de la hermosa pieza . La mujer , desconcertada , me explicó sin conceder importancia al asunto que se había hecho añicos durante el temblor . Uno de los sirvientes lo había llevado a un taller de Jerusalén con el propósito de que fuera reparado .
Agradecí su gentileza por permitirme ver el cenáculo y , desarbolado , regresé a la planta baja . Yo sabía que , a partir del toque de las trompetas , y tratándose de una fiesta tan solemne como aquélla , las actividades artesanales y de cualquier otro tipo cesaban automáticamente . Y ya no se reanudarían hasta finalizada la Pascua . ¿ Cómo podía recuperar el micrófono si el retorno del módulo habia sido establecido a las 7 de la mañana del domingo ? Como creo haber insinuado , este contratiempo vino a sumarse a la serie de << razones >> que aconsejaron a Caballo de Troya la repetición del gran << salto >> al año 30.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Por otra parte , resultaba imprescindible que hablase con el joven Juan Marcos . Pero el adolescente no terminaba de comparecer . Así que , invocando un sentimental deseo de ver por última vez el cenáculo , convencí a la esposa de Elías para que me acompañara al piso superior .
Cuando entramos en la estancia , mi corazón casi se detuvo : ¡ El farol había desaparecido !
La hebrea notó mi palidez , confundiendo mi angustia con una supuesta y honrosa emoción al pisar de nuevo el recinto donde había cenado el Maestro . Tratando de no perder los nervios paseé la mirada por la sala , buscando afanosamente el maldito farol . Pero , evidentemente , alguien lo había sacado de la habitación .
Al borde del colapso , interrogué a la señora de la casa sobre el paradero de la hermosa pieza . La mujer , desconcertada , me explicó sin conceder importancia al asunto que se había hecho añicos durante el temblor . Uno de los sirvientes lo había llevado a un taller de Jerusalén con el propósito de que fuera reparado .
Agradecí su gentileza por permitirme ver el cenáculo y , desarbolado , regresé a la planta baja . Yo sabía que , a partir del toque de las trompetas , y tratándose de una fiesta tan solemne como aquélla , las actividades artesanales y de cualquier otro tipo cesaban automáticamente . Y ya no se reanudarían hasta finalizada la Pascua . ¿ Cómo podía recuperar el micrófono si el retorno del módulo habia sido establecido a las 7 de la mañana del domingo ? Como creo haber insinuado , este contratiempo vino a sumarse a la serie de << razones >> que aconsejaron a Caballo de Troya la repetición del gran << salto >> al año 30.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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