A las 03.10 horas , en mitad de aquel espeso silencio , un calambre me recorrió de pies a cabeza . Como un rugido , como una mano de hierro que se arrastrase sobre una roca , así empecé a oír el lento , muy lento , deslizamiento de una piedra sobre otra .
De no haber asistido al cierre de la enorme losa que taponaba la tumba del Nazareno , supongo que no habría asociado aquel bramido con el ruido de la muela al rodar por el fondo de la ranura . Mi presentimiento se vio confirmado cuando , súbitamente, uno de los levitas se asomó al callejón del sepulcro , lanzando un alarido estremecedor . Sus compañeros y tambien los mercenarios romanos acudieron a su lado . A los pocos segundos empezaron a retroceder , gimiendo y tropezando los unos con los otros .
- ¡ Las piedras !- gritaban en plena confusión -. ¡ Las piedras se están moviendo solas !.... ¡ Las piedras !
Los guardianes del Templo , sobrecogidos por un pánico indescriptible , salieron huyendo en todas direcciones , aullando y chocando contra las ramas más bajas de los árboles frutales . En cuanto a la escolta romana , algunos retrocedieron hasta la fogata , desenfundando las espadas . Dos de ellos , no sé si paralizados por el terror o mas audaces que sus compañeros , aguantaron al borde de los escalones que conducían al panteón . Durane segundos que me parecieron siglos , el rugido de la piedra circular , rodando y arañando la fachada del sepulcro , lo llenó todo . Los levitas habían desaparecido del huerto . En cuanto a los infantes , aunque seguían a escasos metros de la boca de la tumba , sus rostros se hallaban bañados por un sudor frío .
DE pronto , el ruido de la losa cesó . Y casi simultáneamente , del callejón brotó una llamarada de luz . No fue fuego . Y tampoco podría definirlo como una explosión . Entre otras razones porque no escuché estampido alguno . Sólo puedo decir que se trató de luz . Una lengua o burbuja o radiación luminosa , de un blanco azulado inenarrable .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
De no haber asistido al cierre de la enorme losa que taponaba la tumba del Nazareno , supongo que no habría asociado aquel bramido con el ruido de la muela al rodar por el fondo de la ranura . Mi presentimiento se vio confirmado cuando , súbitamente, uno de los levitas se asomó al callejón del sepulcro , lanzando un alarido estremecedor . Sus compañeros y tambien los mercenarios romanos acudieron a su lado . A los pocos segundos empezaron a retroceder , gimiendo y tropezando los unos con los otros .
- ¡ Las piedras !- gritaban en plena confusión -. ¡ Las piedras se están moviendo solas !.... ¡ Las piedras !
Los guardianes del Templo , sobrecogidos por un pánico indescriptible , salieron huyendo en todas direcciones , aullando y chocando contra las ramas más bajas de los árboles frutales . En cuanto a la escolta romana , algunos retrocedieron hasta la fogata , desenfundando las espadas . Dos de ellos , no sé si paralizados por el terror o mas audaces que sus compañeros , aguantaron al borde de los escalones que conducían al panteón . Durane segundos que me parecieron siglos , el rugido de la piedra circular , rodando y arañando la fachada del sepulcro , lo llenó todo . Los levitas habían desaparecido del huerto . En cuanto a los infantes , aunque seguían a escasos metros de la boca de la tumba , sus rostros se hallaban bañados por un sudor frío .
DE pronto , el ruido de la losa cesó . Y casi simultáneamente , del callejón brotó una llamarada de luz . No fue fuego . Y tampoco podría definirlo como una explosión . Entre otras razones porque no escuché estampido alguno . Sólo puedo decir que se trató de luz . Una lengua o burbuja o radiación luminosa , de un blanco azulado inenarrable .
Autor :J.J.benitez
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Antonio martinez
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