La súbita intervención de Eliseo me distrajo momentáneamente . El módulo detectaba el << ojo >> del << siroco >> a opco más de 15 minutos de Jerusalén La velocidad de << haboob >> había descendido ligeramente , pero el arrastre de arena era muy considerable , levantando lenguas de partículas hasta 2 000 y 2 500 metros del suelo . para mi compañero , lo más preocupante de aquella tormenta seca era la posibilidad de que el viento arrastrase agentes biológicamente activos que podrían afectarme
Sinceramente la advertencia de Eliseo no me preocupó . Mi corazón y mis cinco sentidos se hallaban a cuatro metros de mí mismo : en la figura de aquel hombre de 1,81 metros de estatura m ahora encorvado y maltrecho .
El Maestro fue levantado sin más dilaciones . Le fue retirado el manto púrpura que aún conservaba sobre los hombros , amarrado a la altura del cuello , tocándole después el turno al ropón . Al desenrollarlo quedó al descubierto la parte superior de la túnica . Y al verla cerré los ojos . Era una mancha informe , sanguinolenta y encolada al cuerpo sobre las heridas de la flagelación . Tragué saliva . ¿ Qué ocurriría en el momento de desnudarle ?
Pero ese angustioso trance se vio retardado por un problema con el que nadie había contado : el casco espiniso .
Cuando uno de los soldadosse disponía a retirar la túnica , otro de los guardianes reparó en el trenzado de púas , haciendo notar que , o desgarraban la prenda o había que retirar primero el yelmo .
Los infantes se enzarzaron en una discusión . Supongo que aquello se habría prolongado indefinidamente de no haber sido por el optio . Con un sentido práctico bastante más acusado que el de sus hombres se limitó a tocar el tejido y , al apreciar que se trataba de una túnica inconsútil o sin costuras , ordenó a los verdugos que le despojaran de la << corona >> .Al principio me pareció absusrdo que discutieran por algo que podía haber tenido una fácil y drástica solución ; sencillamente , romper la vestidura . Después comprendí . Al parecer , era costumbre << no oficial >> que los verdugos se repartieran la ropa del ajusticiado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Sinceramente la advertencia de Eliseo no me preocupó . Mi corazón y mis cinco sentidos se hallaban a cuatro metros de mí mismo : en la figura de aquel hombre de 1,81 metros de estatura m ahora encorvado y maltrecho .
El Maestro fue levantado sin más dilaciones . Le fue retirado el manto púrpura que aún conservaba sobre los hombros , amarrado a la altura del cuello , tocándole después el turno al ropón . Al desenrollarlo quedó al descubierto la parte superior de la túnica . Y al verla cerré los ojos . Era una mancha informe , sanguinolenta y encolada al cuerpo sobre las heridas de la flagelación . Tragué saliva . ¿ Qué ocurriría en el momento de desnudarle ?
Pero ese angustioso trance se vio retardado por un problema con el que nadie había contado : el casco espiniso .
Cuando uno de los soldadosse disponía a retirar la túnica , otro de los guardianes reparó en el trenzado de púas , haciendo notar que , o desgarraban la prenda o había que retirar primero el yelmo .
Los infantes se enzarzaron en una discusión . Supongo que aquello se habría prolongado indefinidamente de no haber sido por el optio . Con un sentido práctico bastante más acusado que el de sus hombres se limitó a tocar el tejido y , al apreciar que se trataba de una túnica inconsútil o sin costuras , ordenó a los verdugos que le despojaran de la << corona >> .Al principio me pareció absusrdo que discutieran por algo que podía haber tenido una fácil y drástica solución ; sencillamente , romper la vestidura . Después comprendí . Al parecer , era costumbre << no oficial >> que los verdugos se repartieran la ropa del ajusticiado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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