A pesar del gasto cardíaco , el riego sanguíneo que llegaba al cerebro fue insuficiente , provocando , entre otros efectos , el referido desmayo o pérdida de consciencia del que no habría retorno .
- Ha muerto ...
El centurión pronunció aquellas dos palabras con una cierta piedad . Como si la desaparición de aquel ajusticiado representara algo para él .... En realidad , como he dicho , la muerte clínica del Nazareno no se produciría hasta pocos segundos más tarde . Pero esto no podía saberlo Longino .
El Maestro no tardaría en entrar en la muerte biológica . Suspendido por los clavos de las muñecas , su vientre aparecía muy inchado . El tórax había quedado hundido y los músculos pectorales - que no habían cesado de oscilar y convulsionarse - yacían rígidos , desmayados . Entre las ramas y púas del casco se apreciaban ya , cada vez más marcado , un círculo violado alrededor de la deformada nariz . Las sienes , semiocultas por los cabellos , se hallaban hundidas y la oreja derecha , algo visible , se había retraido . La piel situada inmediatamente por encima de la barba se arrugó y el globo ocular se fue oscureciendo , como si lo cubriera una esp3ecie de tela viscosa . Por las heridas de los clavos - especialmente en la del pie derecho - seguía manando sangre , aunque la coloración era ya mucho más rosada . ( La volemia en el instante del fallecimiento había revasado la barrera del 50 por 100 . Es decir , el Cristo había derramado más de la mitad de su volumen sanguíneo . )
Justo en aquellos momentos se registro la relajación de sus enfínteres , que añadieron al ya tétrico aspecto de Jesús el fétido olor de unos escrementos casi líquidos y amarillentos que se deslizaron por las caras interiores de sus piernas .
Dudé a la hora de utilizar el circuito << tele -termográfico >>. Sin embargo , a pesar de mi aturdimiento , cumplí lo establecido por el proyecto . De aquel úntimo y rápido examen pudo deducirse , por ejemplo , que la acumulación de sangre en las extremidades inferiores - a pesar de la ruptura de una de las arterias del pie derecho - había sido considerable . A los pocos segundos de la muerte , la temperatura de dichas extremidades inferiores como consecuencia de la sobrecarga sanguínea era de un grado centígrado por encima de lo normal.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- Ha muerto ...
El centurión pronunció aquellas dos palabras con una cierta piedad . Como si la desaparición de aquel ajusticiado representara algo para él .... En realidad , como he dicho , la muerte clínica del Nazareno no se produciría hasta pocos segundos más tarde . Pero esto no podía saberlo Longino .
El Maestro no tardaría en entrar en la muerte biológica . Suspendido por los clavos de las muñecas , su vientre aparecía muy inchado . El tórax había quedado hundido y los músculos pectorales - que no habían cesado de oscilar y convulsionarse - yacían rígidos , desmayados . Entre las ramas y púas del casco se apreciaban ya , cada vez más marcado , un círculo violado alrededor de la deformada nariz . Las sienes , semiocultas por los cabellos , se hallaban hundidas y la oreja derecha , algo visible , se había retraido . La piel situada inmediatamente por encima de la barba se arrugó y el globo ocular se fue oscureciendo , como si lo cubriera una esp3ecie de tela viscosa . Por las heridas de los clavos - especialmente en la del pie derecho - seguía manando sangre , aunque la coloración era ya mucho más rosada . ( La volemia en el instante del fallecimiento había revasado la barrera del 50 por 100 . Es decir , el Cristo había derramado más de la mitad de su volumen sanguíneo . )
Justo en aquellos momentos se registro la relajación de sus enfínteres , que añadieron al ya tétrico aspecto de Jesús el fétido olor de unos escrementos casi líquidos y amarillentos que se deslizaron por las caras interiores de sus piernas .
Dudé a la hora de utilizar el circuito << tele -termográfico >>. Sin embargo , a pesar de mi aturdimiento , cumplí lo establecido por el proyecto . De aquel úntimo y rápido examen pudo deducirse , por ejemplo , que la acumulación de sangre en las extremidades inferiores - a pesar de la ruptura de una de las arterias del pie derecho - había sido considerable . A los pocos segundos de la muerte , la temperatura de dichas extremidades inferiores como consecuencia de la sobrecarga sanguínea era de un grado centígrado por encima de lo normal.
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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