La tercera caída del prisionero oblogó a detener la comitiva . Dos de los verdugos retrocedieron y , a latigazos , intentaron que el Maestro se incorporase . Con la boca abierta , resoplando y en mitad de una nueva elevación del ritmo cardíaco , el gigante - que habia quedado de rodillas - logró al fin elevar la pierna derecha . Pero la izquierda , destrozada por el flagrum , no respondió. El hijo del Hombre apretó los dientes con todas sus fuerzas . Los músculos del cuello volvieron a tensarse , produciendose una peligrosa contractura del esternocleidomastoideo . Sus ojos cerrados reflejaban un firme deseo de vencer el peso del madero , pero el agotamiento , la sed y el cada vez más preocupante descenso de la volemia . En aquellos momentos era muy posible que el rabí hubiera perdido uons dos litros de sangre ) , pudieron más que su voluntad y , a pesar de los latigazos , el cuerpo del reo , lejos de recuperarse , fue inclinandose más y más , hasta que la barbilla tocó la rodilla derecha . En ese crítico instante , la voz del centurión detuvo a los mercenarios . Y el propio Longino , ayudado por otros dos soldados , se encargó de empujar el patibulum , aliviando así la recuperación del preisionero . Una vez en pie , la comitiva continuó el descenso hasta llegar al fondo de la vaguada . A partir de allí , y hasta el Gólgota , el camino fue mucho más dramático . Según mis cálculos , la depresión del Tyropeón se hallaba en la cota 745 . Habíamos descendido cinco metros ( la cota de la fortaleza Antonia y de la pista de Cesarea era de 750 metros ) y el Calvario se encontraba a 755 metros de altitud sobre el nivel del mar . Eso significaba , a partir de esos instantes , un camino en continua pendiente ...
Pero , ante mi sorpresa , el nazareno logró ascender por el repecho con menos dificultades de lo que imaginaba . Tambaleándose y respirando por la boca , consiguió cubrir otro centenar de metros . Aquello sumaba alrededor de 250 desde nuestra salida de Antonia .
Si embargo , yo mismo me estaba engañando . La triste realidad no tardó en imponerse . De pronto se detuvo . El leño osciló nerviosamente a uno y otro lado y Jesís cayó sobre sus rodillas , presa de convulsiones más intensas . Esta vez , afortunadamente para él, la comitiva apenas si se detuvo unos segundos . El rabí prosiguió el avance , arrastrando las rodillas sobre la áspera pendiente .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pero , ante mi sorpresa , el nazareno logró ascender por el repecho con menos dificultades de lo que imaginaba . Tambaleándose y respirando por la boca , consiguió cubrir otro centenar de metros . Aquello sumaba alrededor de 250 desde nuestra salida de Antonia .
Si embargo , yo mismo me estaba engañando . La triste realidad no tardó en imponerse . De pronto se detuvo . El leño osciló nerviosamente a uno y otro lado y Jesís cayó sobre sus rodillas , presa de convulsiones más intensas . Esta vez , afortunadamente para él, la comitiva apenas si se detuvo unos segundos . El rabí prosiguió el avance , arrastrando las rodillas sobre la áspera pendiente .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto