Si el texto que figuraba en la tablilla de Jesús Nazareno hubiera sido otro - a gusto de los sacerdotes judíos -, la mofa hacia el recién crucuficado quizá hubiese sido menorn . Cuento esto porque , a partir de la elevación del Maestro sobre la stipe , las risas y sarcasmos de la concurrencia menudearon durante un buen rato y , al parecer , según averiguaciones posteriores , como vengativa contrapartida por el conocido << inri >> . Al fracasar ante Pilato , los jueces tuvieron especial cuidado de intoxicar a la multitud , ridiculizando Al Maestroy , de esta sutil forma , quitándole seriedad a las tres inscripciones , evitar que los testigos pudieran tomar en serio lo de << rey de los judíos >>.
Así que , volviéndose hacia la cada vez menos numerosa masa humana , algunos de los saduceos comenzaron a señalar la cruz del Galileo , exclamando a voz en grito :
- ¡ Ha salvado a los demás , pero no puede salvarse a sí mismo !
Y el gentío aprobó esta nueva manifestación de burla con fuertes y repartidos aplausos . Al poco , otra voz se destacaba entre la turba , preguntando al Nazareno :
- Si eres el Hijo de Dios , ¡ bendito sea su nombre ! , ¿ por qué no desciendes de la cruz ?
Jesús , al igual que la patrulla y que yo mismo , pudo escuchar estas exclamaciones , teñidas de la más cruel y mordaz ironía . Al encontrarse a un metro escaso del suelo y a poco más de diez de la primera fila de judíos no era muy difícil retener estos gritos e , incluso , las conversaciones que sostenían los mercenarios en el menguado círculo de piecra del Gólgota .
Éstos , finalizada la laboriosa crucifisión , se tomaron un respiro . El optio levantó el cordón inicial de seguridad que bordeaba la circunferencia del promontorio , formado como dije por seia infantes , reduciendo la vigilancia a un primer turno de cuatro soldados . Cada uno se situó en los puntos cardinales , rodeando a los tres condenados y al resto del pelotón . Los demás - excepto dos - se apresuraron a sentarse a unos tres metros de las cruces . Y contemplaron con desgana cómo sus dos compañeros procedían a retirar la escalera de mano , enrollando minuciosamente la maroma y recogiendo las diversas herramientas utilizadas en el enclavamiento . A la vista de aquellos preparativos , todo apuntaba hacia una larga espera . Eso , al menos , creían Longino y sus hombres . En realidad , según me informó el centurión , el relevo no llegaría hasta el ocaso .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martiinez
Así que , volviéndose hacia la cada vez menos numerosa masa humana , algunos de los saduceos comenzaron a señalar la cruz del Galileo , exclamando a voz en grito :
- ¡ Ha salvado a los demás , pero no puede salvarse a sí mismo !
Y el gentío aprobó esta nueva manifestación de burla con fuertes y repartidos aplausos . Al poco , otra voz se destacaba entre la turba , preguntando al Nazareno :
- Si eres el Hijo de Dios , ¡ bendito sea su nombre ! , ¿ por qué no desciendes de la cruz ?
Jesús , al igual que la patrulla y que yo mismo , pudo escuchar estas exclamaciones , teñidas de la más cruel y mordaz ironía . Al encontrarse a un metro escaso del suelo y a poco más de diez de la primera fila de judíos no era muy difícil retener estos gritos e , incluso , las conversaciones que sostenían los mercenarios en el menguado círculo de piecra del Gólgota .
Éstos , finalizada la laboriosa crucifisión , se tomaron un respiro . El optio levantó el cordón inicial de seguridad que bordeaba la circunferencia del promontorio , formado como dije por seia infantes , reduciendo la vigilancia a un primer turno de cuatro soldados . Cada uno se situó en los puntos cardinales , rodeando a los tres condenados y al resto del pelotón . Los demás - excepto dos - se apresuraron a sentarse a unos tres metros de las cruces . Y contemplaron con desgana cómo sus dos compañeros procedían a retirar la escalera de mano , enrollando minuciosamente la maroma y recogiendo las diversas herramientas utilizadas en el enclavamiento . A la vista de aquellos preparativos , todo apuntaba hacia una larga espera . Eso , al menos , creían Longino y sus hombres . En realidad , según me informó el centurión , el relevo no llegaría hasta el ocaso .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martiinez
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