- 14,50 Horas ....
El fulminante ascenso de la acidosis fue otro anuncio del inminente final del Nazareno . Al revisar el torrente sanguíneo observamos un alarmante descenso del pH . De 7,20- 7,30 en el momento de la crucifixión había bajado a 7,15 . El riñón aún seguía fabricando angiotensina , luchando por subir la tensión , pero todo era poco menos que inútil . En realidad , aquellas últimas respiraciones de Jesús de Nazaret , cada vez más breves y aceleradas , estaban sostenidas ya por la hipoxia o baja carga de oxígeno en la hemoglobina de la sangre . Pero este último y sabio estímulo de la naturaleza humana tenía los minutos contados .
La cianosis dominaba ya todas las mucosas y partes << acras >> : punta de los dedos de las manos y de los pies , lengua , labios e , incluso , algunas áreas de la piel .
De pronto , el ritmo galopante del corazón se encrespó aún más , pulsando a razón de 169 latidos por minuto . El Cristo , con los dedos agarrotados , había iniciado la que sería su última elevación muscular . La muñeca izquierda giró por segunda vez pero , en esta oportunidad , el golpe de sangre fue mucho más viscoso y amoratado . A pesar de ello , los regueros escaparon por el antebrazo , goteando hasta la roca del Calvario cuando tocaron el codo . El cuello se hinchó y los músculos intercostales experimentaron nuevos espasmos , mientras el rostro ganaba altura , milímetro a milímetro . Con el ojo y la boca muy abiertos , el Maestro parecía querer atrapar la vida , que ya se le iba ...
La caja torácica , a punto de estallar , inhaló el aire suficiente para que Jesús de Nazaret , con una potencia que hizo volver la cabeza a todos los mercenarios , exclamase :
- ¡ He terminado ! ¡m Padre , pongo en tus manos mi espiritu !
Al instante , su cuerpo se desplomó , haciendo crujir todas las articulaciones .
La voz de Eliseo me anunció las 14,55 horas...
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
El fulminante ascenso de la acidosis fue otro anuncio del inminente final del Nazareno . Al revisar el torrente sanguíneo observamos un alarmante descenso del pH . De 7,20- 7,30 en el momento de la crucifixión había bajado a 7,15 . El riñón aún seguía fabricando angiotensina , luchando por subir la tensión , pero todo era poco menos que inútil . En realidad , aquellas últimas respiraciones de Jesús de Nazaret , cada vez más breves y aceleradas , estaban sostenidas ya por la hipoxia o baja carga de oxígeno en la hemoglobina de la sangre . Pero este último y sabio estímulo de la naturaleza humana tenía los minutos contados .
La cianosis dominaba ya todas las mucosas y partes << acras >> : punta de los dedos de las manos y de los pies , lengua , labios e , incluso , algunas áreas de la piel .
De pronto , el ritmo galopante del corazón se encrespó aún más , pulsando a razón de 169 latidos por minuto . El Cristo , con los dedos agarrotados , había iniciado la que sería su última elevación muscular . La muñeca izquierda giró por segunda vez pero , en esta oportunidad , el golpe de sangre fue mucho más viscoso y amoratado . A pesar de ello , los regueros escaparon por el antebrazo , goteando hasta la roca del Calvario cuando tocaron el codo . El cuello se hinchó y los músculos intercostales experimentaron nuevos espasmos , mientras el rostro ganaba altura , milímetro a milímetro . Con el ojo y la boca muy abiertos , el Maestro parecía querer atrapar la vida , que ya se le iba ...
La caja torácica , a punto de estallar , inhaló el aire suficiente para que Jesús de Nazaret , con una potencia que hizo volver la cabeza a todos los mercenarios , exclamase :
- ¡ He terminado ! ¡m Padre , pongo en tus manos mi espiritu !
Al instante , su cuerpo se desplomó , haciendo crujir todas las articulaciones .
La voz de Eliseo me anunció las 14,55 horas...
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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