La presencia de aquel monstruoso disco , totalmente silencioso y flotando en el cielo como una frágilpluma , hizopasar a la escolta y a los hebreos de la estupefacción al miedo . En un movimiento reflejo , el centurión y algunos de sus hombres desenfundaron sus espadas m replegándose hacia la base de las cruces . Pero ninguno acertó a expresarse . Un pánico irracional se había enroscado en sus corazones y lo mismo ocurría entre el medio centenar de curiosos que permanecía junto al Gólgota . Las miradas de todos estaban fijas en aquella luna misteriosa .
A las 14 horas y 8 minutos , según el cronómetro del módulo , el objeto osciló ligeramente - como si temblase - y , despacio , en un ascanso que me atrevería a calificar de majestuoso , se dirigío hacia el sol . Al alcanzar el nivel 180 ( 18 000 pies ) volvió hacer estacionario .
Un alarido colectivo se escapó de las gragantas de los judíos cuando vieron cómo aquel artefacto enpezaba a interponerse entre el disco solar y la Tierra . Y lo hizo de Este a Oeste .
En segundos , con una precisión que me secó la garganta , el formidable objeto tapó el ardiente círculo , dando lugar a un progresivo oscurecimiento de Jerusalén y de un dilatado radio en el que , naturalmente , me encontraba .
Esta interposición con el sol , milimétrica y magistralmente desarrollada por quienes gobernaban aquel inmenso aparato , se produjo con cierta lentitud , pero sin titubeos .
Hoy al recordarlo , tengo la sensación de que los responsables de dicha operación quisieron que el << eclipse >> pudiera ser observado paso a paso .
En menos de 120 segundos , el astro rey desapareció y , con él , la claridad . Mejor dicho , un ochenta por ciento de la fuente luminosaa . Obviamente , aunque la gran masa metálica - confirmada por el radar - proyectó al instante un gigantesco cono de sombra sobre la ciudad santa y sus alrededores , las radiaciones solares siguieron presentes , formando una << corona >> o << aura >> luminosa que abarcaba toda la corvatura del enigmático objeto . Las tinieblas , en efecto , se hicieron sobre Jerusalén , aunque no con el caracter absoluto de una noche cerrada , por ejemplo. La claridad existente alrededor del disco era suficiente como para que pudieramos distinguir el entorno con un índice de luminosidad muy similar al que suele seguir a una puesta de sol . Y así se mantuvo hasta que llegó el momento fatídico...
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
A las 14 horas y 8 minutos , según el cronómetro del módulo , el objeto osciló ligeramente - como si temblase - y , despacio , en un ascanso que me atrevería a calificar de majestuoso , se dirigío hacia el sol . Al alcanzar el nivel 180 ( 18 000 pies ) volvió hacer estacionario .
Un alarido colectivo se escapó de las gragantas de los judíos cuando vieron cómo aquel artefacto enpezaba a interponerse entre el disco solar y la Tierra . Y lo hizo de Este a Oeste .
En segundos , con una precisión que me secó la garganta , el formidable objeto tapó el ardiente círculo , dando lugar a un progresivo oscurecimiento de Jerusalén y de un dilatado radio en el que , naturalmente , me encontraba .
Esta interposición con el sol , milimétrica y magistralmente desarrollada por quienes gobernaban aquel inmenso aparato , se produjo con cierta lentitud , pero sin titubeos .
Hoy al recordarlo , tengo la sensación de que los responsables de dicha operación quisieron que el << eclipse >> pudiera ser observado paso a paso .
En menos de 120 segundos , el astro rey desapareció y , con él , la claridad . Mejor dicho , un ochenta por ciento de la fuente luminosaa . Obviamente , aunque la gran masa metálica - confirmada por el radar - proyectó al instante un gigantesco cono de sombra sobre la ciudad santa y sus alrededores , las radiaciones solares siguieron presentes , formando una << corona >> o << aura >> luminosa que abarcaba toda la corvatura del enigmático objeto . Las tinieblas , en efecto , se hicieron sobre Jerusalén , aunque no con el caracter absoluto de una noche cerrada , por ejemplo. La claridad existente alrededor del disco era suficiente como para que pudieramos distinguir el entorno con un índice de luminosidad muy similar al que suele seguir a una puesta de sol . Y así se mantuvo hasta que llegó el momento fatídico...
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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