Conmovido por aquel posttrer gesto de amor hacia el Hijo del Hombre no vi llegar a Longino . Junto a él se hallaba un hombre corpulento , de unos 50 años y de piel blanca , aunque ligeramente cetrina . Se tocaba con un turbante y sus ropajes se diferenciaban del común de los hebreos por unos pantalones de color verde blrillante , muy holgados y recogidos en la mitad de la pierna .
Por lo que pude apreciar hablaba sólo griego y con evidentes dificultades . A una orden del centurión cargó el patibulu de Jesús y la escolta se incorporó reanudando sus latigazos sobre las espaldas de los << zelotas >> . El optio volvió a la cabeza del pelotón mientras Longino señalaba a dos de sus hombres que se ocuparan del tercer prisionero . Los infantes colgaron sus escudos en bandolera y auparon al Galileo , sujetándole por las axilas .
La comitiva se dividió entonces en dos partes . En primer lugar , los rebeldes , con Arsenius abriendo el cortejo . Detrás , a cosa de cinco o diez metros , otros cuatro verdugos ; dos de ellos , sosteniendo al rabí . E inmediatamente , cerrando el pelotón , el llamado Simón , natural de Cirene , un pais situado entonces en el norte de África , entre Egipto y Tripolitania .
Durante el tiempo en que el Cristo permaneció colgado de la cruz tuve ocasión de intercambiar algunas palabras con aquel cireno , elegido por el centurión por su fuerza física . Según me relató , Longino se fijó en él cuando , en compañía de otros amigos y peregrinos como el desde Cirene , se dirigía por la ruta de Jaffa , desde el campamento que les servía de provisional refugio , hacia el Templo . Como judío tenía intención de asistir a los oficios rituales de aquel viernes . Pero sus propósitos se vieron arruinados por la inesperada llamada del oficial romano .
No venía , por tanto , de ninguna heredad , como han explicado numerosos comentaristas bíblicos . Aquel Simón , como otros muchos peregrinos , había acudido a la fiesta de la Pascua y , al no disponer de un mejor albergue , había montado su tienda muy cerca de las murallas . De ahí el error de Marcos , cuando afirma que << volvía del campo >>.
Por supuesto , en aquel tiempo , Simón de Cirene no conocía prácticamente a Jesús . Algo había oído , sí , sobre sus prodigios y curaciones , pero , al menos en aquellos históricos , la tragedia del Hijo del Hombre no le afectó lo más minimo . Cumplió con lo que le habían ordenado , permaneciendo después durante algún tiempo cerca de las cruces por pua curiosidad .
Años más tarde , sin embargo , tanto él como sus hijos Alejandro y Rufus se convertirían en eficaces propagadores del evangelio en el norte de África .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Por lo que pude apreciar hablaba sólo griego y con evidentes dificultades . A una orden del centurión cargó el patibulu de Jesús y la escolta se incorporó reanudando sus latigazos sobre las espaldas de los << zelotas >> . El optio volvió a la cabeza del pelotón mientras Longino señalaba a dos de sus hombres que se ocuparan del tercer prisionero . Los infantes colgaron sus escudos en bandolera y auparon al Galileo , sujetándole por las axilas .
La comitiva se dividió entonces en dos partes . En primer lugar , los rebeldes , con Arsenius abriendo el cortejo . Detrás , a cosa de cinco o diez metros , otros cuatro verdugos ; dos de ellos , sosteniendo al rabí . E inmediatamente , cerrando el pelotón , el llamado Simón , natural de Cirene , un pais situado entonces en el norte de África , entre Egipto y Tripolitania .
Durante el tiempo en que el Cristo permaneció colgado de la cruz tuve ocasión de intercambiar algunas palabras con aquel cireno , elegido por el centurión por su fuerza física . Según me relató , Longino se fijó en él cuando , en compañía de otros amigos y peregrinos como el desde Cirene , se dirigía por la ruta de Jaffa , desde el campamento que les servía de provisional refugio , hacia el Templo . Como judío tenía intención de asistir a los oficios rituales de aquel viernes . Pero sus propósitos se vieron arruinados por la inesperada llamada del oficial romano .
No venía , por tanto , de ninguna heredad , como han explicado numerosos comentaristas bíblicos . Aquel Simón , como otros muchos peregrinos , había acudido a la fiesta de la Pascua y , al no disponer de un mejor albergue , había montado su tienda muy cerca de las murallas . De ahí el error de Marcos , cuando afirma que << volvía del campo >>.
Por supuesto , en aquel tiempo , Simón de Cirene no conocía prácticamente a Jesús . Algo había oído , sí , sobre sus prodigios y curaciones , pero , al menos en aquellos históricos , la tragedia del Hijo del Hombre no le afectó lo más minimo . Cumplió con lo que le habían ordenado , permaneciendo después durante algún tiempo cerca de las cruces por pua curiosidad .
Años más tarde , sin embargo , tanto él como sus hijos Alejandro y Rufus se convertirían en eficaces propagadores del evangelio en el norte de África .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
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