Algunos de los infantes , tratando de apaciguar el miedo que , sin duda , aún les atormentaba , empezaron a gastar bromas a cuenta de los prisioneros . Uno de ellos , más osado que el resto , se volvió hacia Jesus , brindando con su jarra de latón :
-¡ Salud y suerte al rey de los judíos !
La ocurrencia contagió al resto , que también levantó su << posca >> hacia la cruz del Galileo .
Jesús , interrumpiendo su jadeante respiración , exclamó :
- ¡ Tengo sed !
El optio consultó al centurión y éste le autorizó a que acercara al Galileo el tapón que cerraba la cántara con el agua avinagrada . Arsenius tomó el cierre y despues de clavarlo en la punta de una de las azagayas de la escolta llegó al pie del madero , levantando la lanza de forma que el tapón , previamente empapado en la << posca >> , tocara los polvorientoslabios del Maestro . naturalmente , no desperdicie aqyella ocasión . Jesús abrió la boca , mordiendo ansiosamente el corcho . El líquido lipió la tierra pero , al penetrar en las grietas , el ácido hirió nuevamente la carne del Nazareno , que retiró en seguida la cabeza . Arsenius bajó el pilum y , al observar que el prisionero no hacía intención de repetir el humedecimiento de su boca , se retiró.
Los labios del rabí acusaban con sus temblores un incremento de la crisis febril . Tomé entonces una antorcha y , al aproximarla al rostro de Jesús , descubrí cómo la tetanización había empezado a reducir el brillo del esmalte dentario , aumentando en cambio la opacificación del cristalino . Su ojo izquierdo seguía cerrado por los hematomas . ( La insuficiencia paratiroidea , provocada por la tetanización , debía ser ya alarmante , con un acusado descenso de la concentración de calcio en la sangre . )
No había tiempo que perder . Me alejé unos pasos, hasta llegar al filo sur del promontorio y , de espaldas a los soldados , ajusté las << crótalos >> a mis ojos . Segundos antes , cuando extraía las lentes de contacto de la bolsa de hule , vi cómo Juan y sus compañeros regresaban de la ciudad , uniendose a las mujeres .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
-¡ Salud y suerte al rey de los judíos !
La ocurrencia contagió al resto , que también levantó su << posca >> hacia la cruz del Galileo .
Jesús , interrumpiendo su jadeante respiración , exclamó :
- ¡ Tengo sed !
El optio consultó al centurión y éste le autorizó a que acercara al Galileo el tapón que cerraba la cántara con el agua avinagrada . Arsenius tomó el cierre y despues de clavarlo en la punta de una de las azagayas de la escolta llegó al pie del madero , levantando la lanza de forma que el tapón , previamente empapado en la << posca >> , tocara los polvorientoslabios del Maestro . naturalmente , no desperdicie aqyella ocasión . Jesús abrió la boca , mordiendo ansiosamente el corcho . El líquido lipió la tierra pero , al penetrar en las grietas , el ácido hirió nuevamente la carne del Nazareno , que retiró en seguida la cabeza . Arsenius bajó el pilum y , al observar que el prisionero no hacía intención de repetir el humedecimiento de su boca , se retiró.
Los labios del rabí acusaban con sus temblores un incremento de la crisis febril . Tomé entonces una antorcha y , al aproximarla al rostro de Jesús , descubrí cómo la tetanización había empezado a reducir el brillo del esmalte dentario , aumentando en cambio la opacificación del cristalino . Su ojo izquierdo seguía cerrado por los hematomas . ( La insuficiencia paratiroidea , provocada por la tetanización , debía ser ya alarmante , con un acusado descenso de la concentración de calcio en la sangre . )
No había tiempo que perder . Me alejé unos pasos, hasta llegar al filo sur del promontorio y , de espaldas a los soldados , ajusté las << crótalos >> a mis ojos . Segundos antes , cuando extraía las lentes de contacto de la bolsa de hule , vi cómo Juan y sus compañeros regresaban de la ciudad , uniendose a las mujeres .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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