El individuo vaciló . En el fondo , supongo , se hallaba tan sorprendido y desconcertado como estos exploradores .
Pero Eliseo , valiente, intentó segar las suspicacias . Se adelantó unos pasos , identificándose e identificándome .
-... Somos griegos . Hombres de paz . Nos hemos perdido ... Buscamos una aldea llamada Bet Jenn...
Los perros , ante el corto avance de mi hermano , tensaron las cuerdas , << riendo >> y << cantando >> amenazadores . Sé que resulta paradójico , pero , en esos momentos , << carcajadas y tirolesas >> no sonaban , precisamente , como una hospitalaria bienvenida .
Y , toscamente , parapetado en la desconfianza , preguntó a su vez :
- ¿ Bet Jenn ? ... ¿ Por qué ? ¿ A quién buscáis ?
Intervine conciliador .
- A Tiglat...
El nombre - la segunda pista proporcionada por el anciano Zebedeo - suavizó en parte la lógica brusquedad del interlocutor . Se retiró a un lado de la senda y , tras acariciar y calmar a los perros , procedió a amarrarlos a uno de los troncos .
Me felicité . El peligro , en principio , se alejaba .
Se acercó despacio y , lacónico , respondió :
- Yo soy Tiglat .
La inesperada aclaración nos confundió . Según nuestro confidente , el personaje que buscábamos y que , al parecer , ayudó a Jesús de Nazaret , era un muchacho . Quizá un niño ...
Sin entrar en profundidades le explicamos que , probablemente , se trataba de un error . Escuchó en silencio y , comprendiendo que aquella pareja de inconscientes extranjeros nada tenían que ver con vandoleros o merodeadores de caminos , se abrió definitivamente y , sin disimular la sorpresa , comentó:
- El señor Baal os protege . No hay duda ... Ese joven al que buscáis es mi hijo...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Pero Eliseo , valiente, intentó segar las suspicacias . Se adelantó unos pasos , identificándose e identificándome .
-... Somos griegos . Hombres de paz . Nos hemos perdido ... Buscamos una aldea llamada Bet Jenn...
Los perros , ante el corto avance de mi hermano , tensaron las cuerdas , << riendo >> y << cantando >> amenazadores . Sé que resulta paradójico , pero , en esos momentos , << carcajadas y tirolesas >> no sonaban , precisamente , como una hospitalaria bienvenida .
Y , toscamente , parapetado en la desconfianza , preguntó a su vez :
- ¿ Bet Jenn ? ... ¿ Por qué ? ¿ A quién buscáis ?
Intervine conciliador .
- A Tiglat...
El nombre - la segunda pista proporcionada por el anciano Zebedeo - suavizó en parte la lógica brusquedad del interlocutor . Se retiró a un lado de la senda y , tras acariciar y calmar a los perros , procedió a amarrarlos a uno de los troncos .
Me felicité . El peligro , en principio , se alejaba .
Se acercó despacio y , lacónico , respondió :
- Yo soy Tiglat .
La inesperada aclaración nos confundió . Según nuestro confidente , el personaje que buscábamos y que , al parecer , ayudó a Jesús de Nazaret , era un muchacho . Quizá un niño ...
Sin entrar en profundidades le explicamos que , probablemente , se trataba de un error . Escuchó en silencio y , comprendiendo que aquella pareja de inconscientes extranjeros nada tenían que ver con vandoleros o merodeadores de caminos , se abrió definitivamente y , sin disimular la sorpresa , comentó:
- El señor Baal os protege . No hay duda ... Ese joven al que buscáis es mi hijo...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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