A partir de aquellos momentos , los hechos se sucedieron en mitad de una gran confusión . Por un lado , yo perdí de vista a Juan Zebedeo y a José de Arimatea y , por supuesto , a todos los seguidores y simpstizantes del Maestro . Sólo después de abandonar la fortaleza Antonia lograría entrevistarme de nuevo con el anciano José y animarle a que siguiera de cerca la decisiva visita de Judas Iscariote a la sede del Sanedrín . Y digo << decisiva >> porque , como tendré oportunidad de relatar , las circunstancias que rodearon y acorralaron al traidor fueron más complejas y extensas de como fueron desscritas por los evangelistas.
La escoltaque rodeaba a Jesús tomó el camino del túnel desembocando nuevamente en el patio porticado . Pilato , ante mi sorpresa , se hallaba presente cuando los soldadosn se detuvieron ante la fuente . El gobernador tenía prisa por acabar con aquel fastidioso asunto y urgió a Civilis para que el reo fuera trasladado de inmediato al lugar de la ejecución . Al parecer , y despues de la pública derrota sufrida por el gobernador frente a los dignatarios delSanedrín , sus propósito de regresar a Cesarea se había convertido poco menos que en una obsesión . Poncio esra consciente de que acababa de cometer un atropello y no tuvo valor para mirar siquiera a Jesús .
El centurión cambió impresiones con varios de sus oficiales y , finalmente , fue designado un tal Longino , un veterano soldado , natural de Túsculo , ciudad enclavada en los montes Albanos y paisano y amigo del que fuera senador del emperador Augusto , Sulpicius Quirinius . Junton a este legado , Longino había combatido precisamente en la guerra contra los homonadenses , una tribu levantisca que habitaba en la cordillera del Tauro , en la actual Asia Menor . Era , a juzgar por sus modales , hombre parco en palabras , de mirada cálida y directa y buen conocedor de aquella gente y de la tierra . En aquellos momentos - gracias a su valor y probada honestidad - había alcanzado el grado de centurión de la segunda centuria , del segundo manípulo , de la cuarta cohorte . Por su edad - posiblemente rondaría los 55 o 60 años -, debía estar a punto de cesar en el servicio . Sus cabellos apuntaban ya numerosas canas y sobre su pómulo y ceja derecha discurría una profunda cicatriz , fruto , sin duda , de alguna de las contiendas en las que se habia visto envuelto desde su juventud .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
La escoltaque rodeaba a Jesús tomó el camino del túnel desembocando nuevamente en el patio porticado . Pilato , ante mi sorpresa , se hallaba presente cuando los soldadosn se detuvieron ante la fuente . El gobernador tenía prisa por acabar con aquel fastidioso asunto y urgió a Civilis para que el reo fuera trasladado de inmediato al lugar de la ejecución . Al parecer , y despues de la pública derrota sufrida por el gobernador frente a los dignatarios delSanedrín , sus propósito de regresar a Cesarea se había convertido poco menos que en una obsesión . Poncio esra consciente de que acababa de cometer un atropello y no tuvo valor para mirar siquiera a Jesús .
El centurión cambió impresiones con varios de sus oficiales y , finalmente , fue designado un tal Longino , un veterano soldado , natural de Túsculo , ciudad enclavada en los montes Albanos y paisano y amigo del que fuera senador del emperador Augusto , Sulpicius Quirinius . Junton a este legado , Longino había combatido precisamente en la guerra contra los homonadenses , una tribu levantisca que habitaba en la cordillera del Tauro , en la actual Asia Menor . Era , a juzgar por sus modales , hombre parco en palabras , de mirada cálida y directa y buen conocedor de aquella gente y de la tierra . En aquellos momentos - gracias a su valor y probada honestidad - había alcanzado el grado de centurión de la segunda centuria , del segundo manípulo , de la cuarta cohorte . Por su edad - posiblemente rondaría los 55 o 60 años -, debía estar a punto de cesar en el servicio . Sus cabellos apuntaban ya numerosas canas y sobre su pómulo y ceja derecha discurría una profunda cicatriz , fruto , sin duda , de alguna de las contiendas en las que se habia visto envuelto desde su juventud .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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