Y poco a poco , la multitud fue uniendose a las manifestaciones de los sanedritas , coreando sin piedad .
- ¡ Cucufícale .... ! Crucifícale !
Poncio , decepcionado , regresó al tribunal y esperó a que el gentio se apaciguara . . El viento , cada vez más cálido y molesto , había empezado a levantar grandes torbellinos de polvo que eran arrastrados desde el Este , azotando cada vez con mayor dureza aquella ala norte de la Torre Antonia . Civilis captó de inmediato aquel cambio atmosférico y , tras comprobar cómo los centinelas de vigilancia en los torreones de la muralla procuraban refugiarse del viento racheado me miró fijamente recordándome con su rostro grave el presagio que le había hecho esa misma mañana . Yo asentí con un movimiento de cabeza .
Pero nuestro silencioso << diálogo >> se vio interrumpido por la voz del gobernador . Una vez calmada la turba , Poncio , con su mano derecha aplastando el peluquín ( gravemente comprometido por el incipiente siroco ), habló a los hebreos , con un inconfundible tinte de desaliento en sus palabras :
- Reconozco perfectamente que os habéis decidido por la muerte de este hombre . Pero , ¿ que ha hecho para merecer su condena ... ? ¿ Quién quiere declarar su crimen ?
Caifás , congestionado por la ira subió las escaleras y , tras escupir sobre Jesús sobre Jesús , se encaró con el gobernador , gritándole :
- Tenemos una ley sagrada por la que este hombre debe morir . Él mismo ha declarado ser el Hijo de Dios ...., ¡ bendito sea su nombre !
Y girando la cabeza hacia el cabizbajo reo volvió a lanzarle otro salivazo .
Poncio miró a Jesús con un súbito miedo . La sangre seguía goteando desde la frente , manchando el manto de Juan , quien, arrodillado y abrazado a los pies de su Maestro , no parecía prestar atención alguna a lo que estaba ocurriendo.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
- ¡ Cucufícale .... ! Crucifícale !
Poncio , decepcionado , regresó al tribunal y esperó a que el gentio se apaciguara . . El viento , cada vez más cálido y molesto , había empezado a levantar grandes torbellinos de polvo que eran arrastrados desde el Este , azotando cada vez con mayor dureza aquella ala norte de la Torre Antonia . Civilis captó de inmediato aquel cambio atmosférico y , tras comprobar cómo los centinelas de vigilancia en los torreones de la muralla procuraban refugiarse del viento racheado me miró fijamente recordándome con su rostro grave el presagio que le había hecho esa misma mañana . Yo asentí con un movimiento de cabeza .
Pero nuestro silencioso << diálogo >> se vio interrumpido por la voz del gobernador . Una vez calmada la turba , Poncio , con su mano derecha aplastando el peluquín ( gravemente comprometido por el incipiente siroco ), habló a los hebreos , con un inconfundible tinte de desaliento en sus palabras :
- Reconozco perfectamente que os habéis decidido por la muerte de este hombre . Pero , ¿ que ha hecho para merecer su condena ... ? ¿ Quién quiere declarar su crimen ?
Caifás , congestionado por la ira subió las escaleras y , tras escupir sobre Jesús sobre Jesús , se encaró con el gobernador , gritándole :
- Tenemos una ley sagrada por la que este hombre debe morir . Él mismo ha declarado ser el Hijo de Dios ...., ¡ bendito sea su nombre !
Y girando la cabeza hacia el cabizbajo reo volvió a lanzarle otro salivazo .
Poncio miró a Jesús con un súbito miedo . La sangre seguía goteando desde la frente , manchando el manto de Juan , quien, arrodillado y abrazado a los pies de su Maestro , no parecía prestar atención alguna a lo que estaba ocurriendo.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
No hay comentarios:
Publicar un comentario
puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto