Para despabilar el apetito - aunque el nuestro se hallaba más que despierto -, lo que llamaban Jolodetz : Un caldo espeso y agrurrido en el que flotaba una gelatina preparada con patas de vaca . Una receta de la alta galilea .
Tras lavar y limpiar las piezas , las mujeres las braseaban , procediendo despues después al escalpado de la piel . Una vez saneadas eran introducidas en agua y escoltadas en la gran marmita por sucesivas oleadas de cebolla , laurel , sal , pimienta , ajos , zanahorias y un generoso chorro de arac o vino blanco .
El caldo se servía muy caliente .
A continuación , el segundo y no menos nutritivo plato : carne y médula , minuciosamente molidas y mezcladas con huevo duro . Y para terminar de ponerlo en pie , un suspiro de mostaza y unas cucharadas de miel que humillaban el poderío del condumio .
Delicioso .
Eliseo , naturalmente , repitió .
Y en el transcurso de la plácida cena supimos algo más de aquel remoto y caritativo clan . Una familia que , a su manera , modestamente , contribuyó también al desarrollo del gran << plan >> del Hijo del Hombre . Un grupo humano que , sin embargo , no consta en los escritos evangélicos ...
Tiglat explicó que los suyos , con el resto de las menguadas aldeas que sobrevivían en el Hermón , se dedicaban desde siempre a tres actividades principales : tala de árboles , caza y soplado de vidrio .
Sobre la primera , como creo haber referido , tendríamos cumplida información pocos meses después , cuando el Destino nos permitió acompañar al Maestro . Allí , como dije , entre los bosques de la Gaulanitis , descubriríamos a un Jesús leñador . Algo nuevo para estos exploradores .
Respecto a la caza , el cabeza de familia atendió gustoso y divertido todas las preguntas - a veces ingenuas y aparentemente infantiles - de aquellos curiosos yewani.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Tras lavar y limpiar las piezas , las mujeres las braseaban , procediendo despues después al escalpado de la piel . Una vez saneadas eran introducidas en agua y escoltadas en la gran marmita por sucesivas oleadas de cebolla , laurel , sal , pimienta , ajos , zanahorias y un generoso chorro de arac o vino blanco .
El caldo se servía muy caliente .
A continuación , el segundo y no menos nutritivo plato : carne y médula , minuciosamente molidas y mezcladas con huevo duro . Y para terminar de ponerlo en pie , un suspiro de mostaza y unas cucharadas de miel que humillaban el poderío del condumio .
Delicioso .
Eliseo , naturalmente , repitió .
Y en el transcurso de la plácida cena supimos algo más de aquel remoto y caritativo clan . Una familia que , a su manera , modestamente , contribuyó también al desarrollo del gran << plan >> del Hijo del Hombre . Un grupo humano que , sin embargo , no consta en los escritos evangélicos ...
Tiglat explicó que los suyos , con el resto de las menguadas aldeas que sobrevivían en el Hermón , se dedicaban desde siempre a tres actividades principales : tala de árboles , caza y soplado de vidrio .
Sobre la primera , como creo haber referido , tendríamos cumplida información pocos meses después , cuando el Destino nos permitió acompañar al Maestro . Allí , como dije , entre los bosques de la Gaulanitis , descubriríamos a un Jesús leñador . Algo nuevo para estos exploradores .
Respecto a la caza , el cabeza de familia atendió gustoso y divertido todas las preguntas - a veces ingenuas y aparentemente infantiles - de aquellos curiosos yewani.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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