El romano sabía de sobra a quién se refería el prisionero y aquella inesperada confesión , descargando en parte a Poncio de su responsabilidad , pareció aliviarle sobremanera . El gobernador se olvidó de sus preguntas y esbozando una sonrisa de agradecimiento salió a la terraza . La escolta se dispuso a seguirle pero el Nazareno , dirigiéndose a juan , colocó su mano sobre la cabeza del discípulo , haciéndole un último ruego :
- Juan , no puedes hacer nada mí .... Vete con mi madre y tráela para que me vea antes de que muera .
Civilis escucho también aquellas dolorosas palabras , e intuyendo el fatal desenlace , animó a Juan Zebedeo para que cumpliera aquella última voluntad del Galileo sin pérdida de tiempo . Solté al discípulo y disimulando mi angustia asentí con la cabeza , ratificando la noble intención del centurión . Juan cruzó el umbral del Pretorio , perdiendose entre la multitud . Previamente , el oficial ordenó a uno de sus hombres que acompañara al apóstol hasta las puertas de la muralla , ayudándole a franquear el paso .
Al regresar a la terraza , Poncio - muco más animado por las recientes frases del reo - Había empezado a hablar a la muchedumbre . El tono de su voz denotaba un firme deseo de liberar a Jesús . El rostro de Jose de Arimatea volvió a iluminarse por la esperanza e incluso Judas , que había sido uno de los pocos que no se había unido a los gritos de cricifixión , pareció aliviado por la decidida actitud del gobernador .
- Estoy convencido que este hombre - anunció Pilato - ha faltado solamente a la religión , por lo que debe ser detenido y sometido a vuestras propias leyes .... ¿ Por qué esperais que le condene a muerte , por estar en conflicto con vuestras tradiciones ?
El inesperado cambio del gobernador de roma exasperó los ánimos de los saduceos , que formaron un corro , discutiendo acaloradamente . Pilato , sumamente complacido ante la crispación general de los sacerdotes , se sentó en la silla transportable , haciendo un guiño a Civilis . Pero antes de que pudiera terminar de ,saborear aquel efímero triunfo , Caifás , pálido y con los ojos inyectados en sangre , volvió a subir las escaleras y amenazando a Poncio con su mano izquierda , le soltó a quemarropa :
- ¡ Si sueltas a este hombre , tú no eres amigo del César .... !
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martnez
- Juan , no puedes hacer nada mí .... Vete con mi madre y tráela para que me vea antes de que muera .
Civilis escucho también aquellas dolorosas palabras , e intuyendo el fatal desenlace , animó a Juan Zebedeo para que cumpliera aquella última voluntad del Galileo sin pérdida de tiempo . Solté al discípulo y disimulando mi angustia asentí con la cabeza , ratificando la noble intención del centurión . Juan cruzó el umbral del Pretorio , perdiendose entre la multitud . Previamente , el oficial ordenó a uno de sus hombres que acompañara al apóstol hasta las puertas de la muralla , ayudándole a franquear el paso .
Al regresar a la terraza , Poncio - muco más animado por las recientes frases del reo - Había empezado a hablar a la muchedumbre . El tono de su voz denotaba un firme deseo de liberar a Jesús . El rostro de Jose de Arimatea volvió a iluminarse por la esperanza e incluso Judas , que había sido uno de los pocos que no se había unido a los gritos de cricifixión , pareció aliviado por la decidida actitud del gobernador .
- Estoy convencido que este hombre - anunció Pilato - ha faltado solamente a la religión , por lo que debe ser detenido y sometido a vuestras propias leyes .... ¿ Por qué esperais que le condene a muerte , por estar en conflicto con vuestras tradiciones ?
El inesperado cambio del gobernador de roma exasperó los ánimos de los saduceos , que formaron un corro , discutiendo acaloradamente . Pilato , sumamente complacido ante la crispación general de los sacerdotes , se sentó en la silla transportable , haciendo un guiño a Civilis . Pero antes de que pudiera terminar de ,saborear aquel efímero triunfo , Caifás , pálido y con los ojos inyectados en sangre , volvió a subir las escaleras y amenazando a Poncio con su mano izquierda , le soltó a quemarropa :
- ¡ Si sueltas a este hombre , tú no eres amigo del César .... !
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martnez
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