lunes, 23 de marzo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 3 de abril , lunes ( 9 )

Cuatro horas más tarde , con el alba , Eliseo me despertó . La víspera el Maestro había dado óedenes precisas a sus ciscípulos para salir temprano hacia Jerusalén . Hacia  las siete ( dos horas antes de la tercia  ) , me personé en la casa de Simón , << el leproso >> . Jesús y los doce se hallaban reunidos en el jardín . Esta vez , las indicaciones del rabí fueron mucho más concisas : nada de ostentaciones  y manifestaciones en público . Los apóstoles , salvo los gemelos Alfeo , no se habían recuperado de la experiencia del día anterior . Permanecían mudos , como abstraidos . Para ser sinceros  , ninguno conocía las intenciones de Jesús y éste , por otra parte , tampoco se mostraba excesivamente explícito . Acufir a la ciudad santa constituía en aquellos momentos una caja de sorpresas . El Sanedrín seguía acechante y los íntimos del Galileo no sabían qué podía reservarles el destino .
Hacia las ocho de la mañana nos pusimos en camino . Jesús , como siempre , marchaba a la cabeza .
Mientras ascendiamos por la ladera del Olivete  , traté de sonsacar a los discípulos . ¡ Qué distinta fue aquella caminata ! La alegría y entusiasmo del domingo anterior se había transformado en temor , expectación y confusionismo . Había un pensamiento común en aquellos hombres  : <<  ¿ Qué debían hacer  ; seguir con el Maestro o renunciar y retirarse ? >> Pero ninguno tenía  el valor suficiente como para enfrentarse a Jesús y exponerles sus inquietudes .
A eso de las nueve , el grupo entraba en Jerusalén . A juzgar por el trasiego de peatones , el número de peregrinos había aumentado considerablemente  . El Maestro , sin pérdida de tiempo , se encaminó hacia el Templo .
La proximidad de la Pascua mantenía la explanada de los Gentiles en plena ebullición . Los puestos y tenderetes aparecían mucho más concurridos que en la tarde del domingo . Cientos de judíos , de todas las clases sociales , se afanaban en comprar o cambiar moneda , preparandose así para las obligadas ofrendas , para el pago del tributo al tesoro del Santuario o , simplemente , disponiendo la elección de una víctima sin mancha para la cena pascual .Gradualmente , a causa de los abusos de los sacerdotes , la gente común había terminado hasta aquellos << intermediarios >> , comprando allí sus corderos y aves

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