miércoles, 18 de marzo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 2 de abril , domingo ( 14 )

Jesús , fuertemente escoltado por sus hombres  , correspondía a aquellas manifestaciones de afecto , avanzando cada vez con mayores dificultades  . El gentío que salía  a raudales por las murallas de Jerusalén no se contentaba sólo con aclamarle a ambas orillas del camino . Muchos de ellos , especialmente los niños y adolescentes , se arremolinaban en torno al borriquillo , obligando a los discípulos a abrir paso entre empujones y gritos . ¡ Era el delirio !
El bullicio había conmovido de tal forma a los hebreos  de la ciudad y de los campamentos levantados en su entorno que , al poco , cuando la comitiva pujaba por cruzar bajo el arco de la puerta de la Fuente  , en el vértice sur de Jerusalén  , un grupo de fariseos y levitas - alertados por el tumulto y que , según los indicios  , salía precipitadamente con idea de prender al impostor  - hizo su aparición entre la muchedumbre . Los policías del Templo , armados con espadas y mazas , permanecieron a la expectativa , esperando la orden de los sacerdotes . Pero el entusiasmo y el clamor de aquellos miles de judíos eran tales que debieron pensarlo con  más calma y , prudentemente , dejaron pasar a Jesús y a sus seguidores . El rabí , con una envidiable astucia , había evitado su tumultuosa entrada en la zona nororiental de Jerusalén . Desde la cumbre del Olivete el ingreso en la ciudad santa hubiera resultado mucho más rápido salvando el cauce seco del Cedrón y penetrando por la llamada Puerta Probática o por la del Oriente , en el costado oriental de las murallas . Aquella maniobra , sin embargo , entrañaba un riesgo latente : pasar muy cerca de la fortaleza Antonia  , sede y cuartel general de las fuerzas romanas de ocupación . Por otra parte , al planear la entrada triunfal por la zona más meridional , Jesús se veía obligado a cruzar por algunas de las calles más populosas de la parte baja y vieja de la capital . Aunque tampoco llegué a preguntárelo jamás , al contemplar aquella imponente manifestación del pueblo judío , volcado con y por Jesús , tuve la certidumbre de que el Maestro quiso dirigir sus pasos a través de aquel sector de Jerusalén , precisamente con una doble intención : permitir así un más prolongado y caluroso recibimiento que - de paso - le protegiera a Él y a sus hombres contra la orden de caza y captura dictada por el Sanedrín . Aquel estallido fue tan sincero y clamoroso que , como ya he mencionado , los sacerdotes no se atrevieron a consumar el prendimiento.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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