martes, 31 de marzo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 4 de abril , martes ( 16 )

Para una mente racional , aquella prueba dejaba mucho que desear en cuanto a su posible objetividad . Pero , a decir verdad , lo que avivó mi curiosidad fue la << fórmula >> de aquella pócima . ¿ Qué podía contener ?
Estaba ante una oportunidad única y supliqué a Andrés que me acompañara  . Quería presenciar la ejecución de la sentencia y , si fuera posible , hacerme con una muestra de la tinta utilizada para la fabricación de las << aguas amargas >> . Andrés comprendió a medias mi aparentemente morboso deseo y a regañadientes consintió en concederme unos minutos .
Cruzamos bajo el arco de piedra de la Puerta Oriental , abriéndonos paso entre el gentío que rodeaba ya a la patrulla . Varios levitas habían formado un círculo o cordón de seguridad de unos diez metros de diámetro . En el centro , la mujer , siempre sujeta por los policías del Templo , permanecía en pie sollozando . Había sido vestida con una túnica negra y despojada de todos sus adornos .
Mi compañero me explicó que aquélla era la última fase de un proceso que se había iniciado en la mañana del pasado lunes  . ( Los jueces del Gran o Pequeño Sanedrín se reunian precisamente los lunes y jueves de casa semana , para despachar los asuntos pendientes  ) Este caso de supuesto adulterio había sido llevado por el Pequeño Sanedrín , formado por 23 jueces.
A petición de su marido , la sospechosa - una joven que no rebasaría los 20 años  - había sido conducida aquella mañana del lunes , 3 de abril , ante el tribunal de Justicia y allí , interrogada y atemorizada con fórmulas como la siguiente  : << Hija mia , mucho pecado aporta el vino , mucho la risa , mucho la juventud , mucho los malos vecinos ; hazlo ( reconoce la verdad ) por el nombre de Dios , que está escrito con santidad para que no sea borrado con el agua  . >>
Pero , a juzgar por lo que estaba sucediendo , la infeliz se había declarado inocente y el Pequeño Sanedrín dictaminó que debía someterse a la prueba de las << aguas amargas >> .  Cuando interrogué a Andrés sobre la suerte de aquella hebrea , en el caso de que se hubiera declarado culpable , el apóstol me insinuó que no sabía  que podía ser peor .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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