viernes, 20 de marzo de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 2 de abril , domingo ( 24 )

Cada uno de los sectores de la ciudad estaba cruzado por sendas calles principales , adornadas con columnatas : la gran calle del mercado , en la zona alta . Y la pequeña calle del mercado , en la ciudad vieja . Estas dos << arterias >> comerciales estaban unidas por un enjambre de calles transversales que constituían un laberinto . En esa red de callejuelas  - la mayoría sin empedrar y sumidas en un pestilente olor , mezcla de aceite quemado , guisotes y orines arrojados al centro de las vías - se hacinaban miles de viviendas , casi todas de una sola planta y con las paredes desconchadas .
Pero el grupo , encabezado siempre por Jesús , evitó aquellas incómodas y oscuras callejas , dirigiendo sus pasos por una de las calzadas más anchas de esta parte baja de Jerusalén . Ante mi sorpresa  , entramos de pronto en una calle de casi ocho metros de ancho , perfectamente empedrada , que desembocaba junto a la piscina de Siloé .
Las antorchas y lucernas - estratégicamente situadas sobre los muros de las casas - empezaban ya a alumbrar la noche de la ciudad santa . Sin embargo , y a pesar de las súbitas tinieblas , el tránsito de peatones era incesante . A las puertas de los edificios de aquella calle , de más de doscientos metros de longitud  , observé numerosos artesanos  , enfrascados por entero en sus labores o en interminables regateos  con los posibles compradores . En aquella zona baja o vieja se habían afincado las profesiones más nobles y consideradas de Jerusalén . Los paganos , prosélitos e << impuros >> , en cambio , tenían sus dominios en la parte alta . El fanatismo de los judíos en este sentido había llegado a tal extremo que , por ejemplo , el esputo de un habitante de la ciudad alta era considerado como impuro ; cosa que no ocurría con las expectoraciones de los residentes en esta área de la ciudad . Andrés me explicó que , en el fondo , todo había arrancado a raíz de la instalación de los << bataneros  >> o blanqueadores de tejidos en dicha zona alta . Estos aparecían entre las profesiones << despreciables >> de la comunidad israelita .
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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