sábado, 13 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de agosto, sábado ( 40 )

Cuando las vistosas caravanas desembocaban al fin en el alto Jordán , bien por la ruta de Damasco opor el sur del yam , la congestión provocaba innumerables y endiablados atascos , ora divertidos , ora trágicos , con los consiguientes altercados , confusiones , peleas y agusos de todo tipo . Éste , insisto , era el paisaje habitual que contempló el Maestro , y cuantos le acompañabamos en sus frecuentes idas y venidas por la Gaulanitis .
Procedentes de la anciana y mítica senda de la seda , hindúes y orientales , de mil pelajes y condición , atravesaban Israel ofreciendo primorosas alfombras , pimienta , nardo , algodón , caballos , finísimos instrumentos musicales , rosas secas , jade , la inevitable y preciada seda y hasta juegos malabares .
Era una delicia ...
Desde el principio , estos exploradores distrutaron con aquel maramágnun de gentes , en general abiertas , respetuosas y deseosas de complacer . Y no digamos el Hijo del Hombre ...
Pero debo contenerme . Todo a su debido tiempo .
Quizá los más espectaculares eran los traficantes árabes , originarios , en su mayoría , de los reinos de Saba , la Nabatea y los austeros desiertos del Nafud , al norte de Arabia . La gente menuda , sobre todo , , los recibía con especial entisiasmo .
Los altos << barcos del desierto >> ( los camellos ) , siempre malhumorados y respondones , los blancos y generosos abba de algodón de los hombres , los alegres y multicolores ropajes de las beduinas - con los rostros tatuados -, las tiendas de pieles , los halcones encapuchados que habitualmente los acompañaban y las cálidas danzas y gritos rituales hacían de este pueblo todo un estectáculo . Y a su paso , chicos y grandes quedaban hipnotizados .
Con ellos llegaba la mirra ( vital para la elaboración de perfumes y cosméticos ) , el costoso bálsamo ( en dura competencia con el cultivado en Jericó y en el oasis de En Gedi , en la costa occidental del mar Muerto ), los voluminosos cestos de incienso ( consumidi a toneladas en el Templo de la Ciudad Santa ), el alquitrán ( imprescindible para calafatear embarcaciones y embalsamar cadáveres , otras finas maderas como el boj y el cidro , pájaros exóticos  de las costas e islas del mar Rojop y del golfo Pérsico y el no menos buscado índigo ( un colorante natural que embellecía los tejidos y que hacía furor entre las clases adineradas.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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