sábado, 20 de agosto de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 6 - 18 de agosto , sábado ( 48 )

Y salté al segundo asunto . ¿ A que obedecía la singular colección de sentencias que adornaba las paredes ¿
- ¿ Te interesa la verdad  ? - insistí , simulando cierto escepticismo -. ¿ Y qué es ?  ¿ Está quizá en esos << carteles >> ?
No respondió de inmediato . Me observó con gravedady m convencida , supongo , de la sinceridad de mis planteamientos , abrió el corazón , vaciándose . Y durante un rato , rememorando la estancia en Tiro , relató su encuentro con unos << misioneros >> cínicos . La filosofía de aquellos griegos , al parecer , le impresionó . E intentó vivir conforme a lo que predicaban : abandono la prostitución , entregó a los pobres cuanto tenía , luchó por liberarse de los deseos mundanos y procuró pensar en la muerte como un mal irremediable . Sin embargo no fue suficiente . << Algo >> fallaba . Su espíritu siguió huérfano . El cinismo no era la verdad . Y continió la búsqueda .
Probó con los estoicos . Su << Dios - Razón >> la conmovió . Estuvo de acuerdo en el posible origen divino del alma y en la hermandad de los hombres , cantado por los seguidores de Zenón de Citio . Aprendió a vivir en armonía con la Naturaleza y , lo que era más importante , consigo mismo . Pero las brillantes ideas del estoicismo la dejaron igualmente insatisfecha . Necesitaba la esperanza y ésta , lamentablemente , no aparecía en aquella filosofía . El << Dios - Razón >> , como el resto de los dioses de los gentiles , era << alguien >> lejano e inalcanzable .
Tampoco epicúreos y escépticos aportaron novedades a su inquieto y anhelante espíritu . Los primeros , defendiendo la prudencia como máximo exponente de la felicidad , no le convencieron . No era lo que precisaba . No era eso...
En cuanto a la doctrina de los escépticos - el conocimiento y la sabiduría son engañosos -, sinceramente , no la tuvo en cuenta . Aprender , conocer , crecer , no podía ser dañino o detestable ...
Finalmente , en este arduo peregrinaje , tropezó con el Dios de los judíos . Pero el desencanto fue idéntico . Aquel Yavé , lejos de infundir algo que justificase y diese sentido a su vida , sólo provocó miedo e incomprensión . El instinto la obligó a renunciar . Yavé no era la esperanza .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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